La oscuridad se cierne sobre la palestra política, porque pocas veces la luz ha existido, pero en todo ello se destapa la mierda que a simple vista no se observa pero sabemos que existe.
Siempre hemos sabido que en el caso concreto de la clase política del México contemporáneo, la estrategia de debilitamiento del oponente no se basa exclusivamente en respetar o estar dentro de las reglas del juego, también existe la guerra sucia en la que no existe una “moral política”, sino el juego de intereses que priman para conseguir el poder y proteger los mismos.
Se ha destapado la cloaca de la guerra sucia en contra de Andrés Manuel López Obrador, que se fraguó y construyó no sólo desde el sector empresarial en México sino, como es lógico, desde el intelectual, y los señalamientos apuntan al historiador Enrique Krauze como orquestador de un complot negro para que Manuelovich no llegara a la Presidencia, cosa que a la postre no ocurrió, pero ello no significa que no existiera un delito, que de ser probado tendrá repercusiones necesarias a todo nivel.
La trama de esta mamarrachada estriba en que sectores de empresarios interesados en que AMLO no ganara la Presidencia le habrían pedido a Enrique Krauze que maquinara una estrategia que vulnerara la imagen de Manuelovich recurriendo a un entramado comunicacional y publicitario sin precedentes. Quien acusa a Enrique Krauze es el columnista y editor Ricardo Sevilla, quien admite que en 2017 ya se había operado la campaña en contra del Peje y que la batuta la tenía Krauze.
Es evidente, como dicen los leguleyos, que quien acusa debe probar, por lo que este escándalo todavía podría tener mil tentáculos que pueden salir a la luz pública y con ello conocer cuál es la veracidad de los hechos, pero no hay que ser pitonisas para entender y apreciar que si en Estados Unidos se cuecen habas, en México los frijoles despiden olor.
La cloaca destapada no sólo involucra a Enrique Krauze sino también a la organización Ramírez de Cinépolis y al grupo industrial Coppel, los cuales creaban materiales de todos tipos para tratar de deteriorar y exponer la imagen de López Obrador, cosa nada rara.
Entre peras y perones, sabemos que el destapacaños está presente y que la cloaca podría generar tanta mierda que podríamos inundar Palacio Nacional, así que llegó la hora de sacar el impermeable, por aquello de que nos puedan salpicar.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
