De la política se dice que es una actividad cuya regla básica es sumar para ser plural y darle oportunidades a todos, en una idea de democracia que no excluye, sino que hace de la inclusión un camino de apertura y de equidad donde todos caben para crecer con la meta común de servicio a la sociedad.
Y no parece mal el planteamiento, porque sugiere puertas abiertas para que entre el que quiera; con una salvedad: las puertas son para entrar y para salir, pero también tienen una chapa para echarles llave y tener seguridad. Por lo mismo, si bien la suma es operación vital para la política, la resta no lo es menos por todo lo que significa cerrarle la puerta a vividores de esta actividad, que ya le encontraron el modo para tener poder y dinero.
Es en esta hora electoral cuando hacen su aparición gentes que tienen un historial de vergüenza por la forma en que se han conducido y que los aspirantes conocen, y por lo mismo, no parece que los consideren para ser aliados y ganar la gubernatura, pues se dedicarían a lucir su cercanía con los candidatos para bien propio.
Quienes sumen a este tipo de gente, avisan que los tiempos de abusos y uso indebido de presupuestos y poder regresan con fuerza para recuperar el tiempo perdido en su modo de hacer política. El rechazo popular hacia este tipo de personas es general, así como la decisión de frenarlos con el voto el 5 de junio. Todo indica que sería un error presentarlos como aliados por una supuesta experiencia en el servicio público, cuando muchos de ellos no representan ni son confiables, en los hechos.
Ahora que no son todos, porque hay gente muy respetable y con experiencia avalada por un historial que todos reconocen y que, por lo mismo, deben ser incluidos en el proceso porque son garantía de apoyo real. Pero también hay quienes solo van a pescar y de esto hablan sus historias personales; si se cuelan, serán verdaderas anclas que pueden hundir el barco.
Aquí es donde entra la sabiduría para sumar y restar, porque está claro que a muchos se les debe abrir la puerta y sumarlos, como dice el manual de la buena política, pero también hay muchos a los que se les debe cerrar la puerta y restarlos, porque no van a ver qué dan, sino qué se llevan.
Sumar y restar, dos operaciones básicas de la vida que en política se deben hacer si se busca el triunfo, porque además esta decisión anuncia con claridad el estilo de gobierno que se ejercerá si se gana.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.
