La violencia familiar es el delito más común en Hidalgo, así lo informó Santiago Nieto Castillo, encargado de despacho de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJEH), quien añadió que semanalmente se inician entre 130 y 150 carpetas de investigación por este tipo de casos.
Durante el Primer Informe de Actividades de la presidenta del Patronato del Sistema DIF, Edda Vite Ramos, el funcionario estatal detalló que de los 7 mil casos de maltrato infantil reportados por este organismo se desprenden temas relacionados con lesiones y, en algunos casos, de naturaleza sexual.
En este contexto, el procurador señaló que en la entidad existen dos modalidades de trata de personas. Una de ellas está relacionada con mujeres extranjeras que son traídas para explotación sexual, y la segunda involucra a padres que prostituyen a sus hijas.
En respuesta a esto, se ha planteado que las niñas que viven situaciones de violencia puedan ser llevadas a la Casa de la Niña, que depende del DIF Hidalgo. También se busca acelerar las adopciones a través de la judicialización de los casos en los que padres y madres han cometido conductas delictivas contra sus hijas e hijos.
En este contexto, Nieto Castillo subrayó la necesidad de mejorar el diseño normativo para aumentar la efectividad del proceso. Lo anterior toda vez que, en muchas ocasiones, durante el juicio oral, las víctimas ya no acuden por temor a los agresores, y la suspensión condicional del proceso sólo se puede aplicar una vez. Esto implica que, cuando viene el segundo o tercer acto de violencia, generalmente son las mismas víctimas y victimarios, pero ya no se acude a las instancias judiciales.
Los lugares en los que se denuncia con mayor frecuencia la violencia familiar están estrechamente relacionados con la densidad de población, destacando municipios como Pachuca y Tulancingo. Este delito se castiga con una pena de uno a seis años de cárcel, pero puede aumentar si la víctima es menor de edad.