En Hidalgo, el adversario político vive en casa

PRIAN-MC+PT/GU son el frío cálculo de que crear un lobby de presión para el gobierno de Julio Menchaca permitirá, al tiempo, preservar los escaños y asumir la negociación como estrategia de compensación al poder que han perdido.

La traición en el Senado, como ha sido calificada por la derecha de la vieja guardia de Miguel Ángel Yunes Linares y Miguel Ángel Yunes Márquez, ambos miembros del Partido Acción Nacional, al brindar el voto de calidad que permitió la aprobación de la reforma judicial, es un indicador imprescindible de la arena política que vive el país para comprender la coyuntura de poder que ha provocado el cisma y crisis del sistema político con el control de los poderes públicos de Morena.

 

El adversario político vive en casa

 

Pocos análisis políticos resisten la veracidad y contundencia de la escena política en México. La estrategia de AMLO de depuración del establishment fue minimizada por la oposición (pese a que la operación política del PRIAN Salinas-Fox, utilizó la maquinaria de Estado para frustrar en tres ocasiones el ascenso de López Obrador a la presidencia de México), al grado que en sus expresiones partidistas PRI/PAN descuidaron la operación política de piso y el sistema de prebendas, recompensas y privilegios que mantenía desde el caciquismo territorial el control político de votos.

 

En esta atmósfera de abandono del PRIAN de los protocolos de operación política territorial se erosionó el engranaje de mando y los operadores políticos comenzaron a migrar y vender sus zonas de influencia (Hidalgo ilustra el fenómeno con nitidez).

 

El éxodo de militantes y adherentes del PRI es un mal endémico de la pérdida de control de su estructura de poder, y no sólo obedece a la precariedad del sistema de prebendas, gratificaciones y privilegios, que lo mismo repartía bonos que curules, sino de la erosión de la conciencia política que se encumbró en una retórica de “principios” en donde el partido prometía movilidad de cuadros y ascensos de trayectoria política y que la “revolución haría justicia”.

 

Es precisamente la pérdida del modus operandi del PRIAN donde se presenta el epicentro de la derrota política que a contraflujo capitaliza el proyecto político de López Obrador, que potenció las zonas de vacío en el ánimo de respuesta social que encarnaban la corrupción e impunidad del antiguo régimen.

 

La batalla por el Poder Judicial no sólo dejó claro que la fragmentación del poder de los partidos de la derecha ha causado que el adversario viva en casa. Frente a su naufragio político, el capital de negociación de la derecha con Morena ha disminuido, por lo que los adversarios políticos de casa están dispuestos a vender o capitalizar hasta la más mínima expresión (La traición en el Senado de la familia blanquiazul y su alianza de 43 senadoras y senadores es carta abierta y prueba aplastante).

 

En este trazo de inconsistencia política de la derecha se advierte que la palabra “traición” -la cual meses antes pusieron de moda Alejandro Moreno y Carolina Viggiano, acusando a la vieja guardia del PRI por sus impugnaciones y devaneos frente al poder y credibilidad de la cúpula del poder- se ha devaluado, al grado que los cuadros del PRI y PAN que han caído en éxodo, migración y negociación política con Morena, perciben que fue la pula del PRIAN la que traicionó el patrimonio histórico partidista.

 

Sin embargo, el éxodo, migración y negociación de los adversarios políticos no es un fenómeno en el que medie la conciencia política, por lo que en una realidad política compleja como la que se vive, los ejemplos de esto presentan variables abiertas y ocultas del poder.

 

En Hidalgo, Morena ya había experimentado el flujo del éxodo, migración y negociación del PRIAN, partidos satélites y grupos políticos. El fenómeno provocó en Morena el engrosamiento de sus filas de una masa política que, en la mayoría de los casos, protegía intereses económicos vía el control político, cuestión que llevó a la captura del Congreso local por GU que, a la postre, terminaría en la ruptura de la alianza de Morena con el PT/GU en la elección del 2 de junio.

 

El rombo se mueve a la inversa

 

La alianza PRIAN-MC+PT/GU es el epicentro climático de que el adversario político vive en casa.

 

PRIAN-MC+PT/GU son el frío cálculo de que crear un lobby de presión para el gobierno de Julio Menchaca permitirá, al tiempo, preservar los escaños y asumir la negociación como estrategia de compensación al poder que han perdido. No obstante, en este propósito la estrategia del adversario político que vive en casa habrá de crear mayores flujos de infiltración política como sucedió con el Grupo Plural Independiente, sólo hay que esperar hacia dónde gira el 2º Piso de la 4T en las Rutas de la Transformación del gobernador Julio Menchaca para advertir cómo el rombo se mueve a la inversa.


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