El vacío político en Morena Hidalgo

Frente a las sombras de vacío político, cada trazo en las Rutas de la Transformación debe ser un mensaje político que marque rumbo y dirección a los poderes públicos y estructuras de gobierno de la presencia de conducción política de Julio Menchaca.

Las huellas del vacío político que dejará para Morena Hidalgo la ausencia de López Obrador, en una presencia que vinculó y encumbró el poder del proyecto de alternancia política de Julio Menchaca, transitan por la reconstrucción política en Hidalgo, enclave guinda que paulatinamente enclaustra y reduce el dominio de la oposición a comparsa política.

 

Es notorio que el vacío que puede dejar el capital político de López Obrador en su ausencia de poder presupone, al interior de la estructura de Morena como partido y a nivel gobierno, una fragilidad frente a la carencia de liderazgos que en Hidalgo apuntalaron el ascenso de Julio Menchaca. Como sombra que enfatiza tácitamente la carencia de poder de estos liderazgos y para colmo de males, han sido aludidos por las monsergas molestas de Donald Trump, que ha hecho pasar al gobierno de AMLO, a Claudia Sheinbaum y a Marcelo Ebrard, poco menos que como marionetas en la relación bilateral con Estados Unidos; alusión a título de bravata política.

 

Es inexorable que la palestra política en México debe avanzar en la construcción del proyecto nacional.

 

Hidalgo vive un momento donde la redefinición política traza constantes vaivenes en el gobierno de Julio Menchaca, que se ha ido fortaleciendo al presentar el control del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y contar con un partido hegemónico. Estos cuatro vectores de poder también presentan el incremento en el mapa geopolítico municipalista, lo cual, sin embargo, traza un dominio, de jure, pero no estrictamente de facto, en el control político del gobernador morenista.

 

 

¿Qué le hace falta al gobierno de Julio Menchaca frente a las sombras de vacío político?

 

Los trazos de cohesión de los poderes públicos deben ser el sustento de la “Operación Hidalgo”, en el marco lógico de la uniformidad de criterios de gobierno y de conducción política. Cada trazo en las Rutas de la Transformación debe ser un mensaje político que marque rumbo y dirección a los poderes públicos y estructuras de gobierno de la presencia de conducción política de Julio Menchaca.

 

Han existido dos momentos en el ascenso del gobierno de alternancia de Julio Menchaca que marcaron desencuentros y plantearon incertidumbres claras: la infiltración política en el desencuentro de la conformación de cuadros de gobierno y representantes a candidaturas de Morena en la pasada elección del 2 de junio; y, desde luego, los llamados a la unidad política que Claudia Sheinbaum hizo en sus visitas en Mineral de la Reforma y en la Huasteca.

 

Es evidente que la convergencia política en una estructura inédita de dominio gubernamental de un partido de alternancia en Hidalgo presupone una construcción de poder complejo, cuya diversidad ya la enfrenta el gobierno de Julio Menchaca, que no está exento a las presiones del 2º Piso de la transformación y que, en estos momentos la metropolización central con Ciudad de México y Estado de México, ha multiplicado las variables de gestión gubernamental.

 

En este trazo de vaivenes y vacíos políticos en la gestión de Julio Menchaca, sobresalen en el ascenso político de Morena Hidalgo. Es imprescindible la depuración de sus estructuras políticas, donde la creciente infiltración de la oposición es la estrategia de control hacia los procesos políticos y administrativos que lleva a cabo su gobierno.

 

La carencia de liderazgos en Morena Hidalgo perfila una llamada de atención frente a los vacíos políticos, pero, mucho más significativo, en la conducción gubernamental de Julio Menchaca.


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