Desde mis primeras incursiones en psicomagia, donde tuve la oportunidad de compartir con Alejandro Jodorowski, comprendí a la perfección que las zonas de equilibrio mental impulsan reacciones de cortisol en relación al manejo de las emociones, pero también provocan desorden de las mismas cuando retroalimentamos a nuestro cerebro con señales de descomposición de control del medio.
Entonces, guiado por Alejandro, decidí incursionar en los estudios del tarot y descubrí una invaluable herramienta de exploración conductual que suele causar equilibrios de acuerdo a la interpretación de la realidad de los sujetos sociales y sus características de adaptación, las cuales son más intrincadas de lo que podemos pensar y reflexionar.
El tarot provino de Egipto, pero en su tiempo y antes de pasar a Europa, su misticismo -que no es menor en nuestros días- absorbía cuestiones religiosas que paulatinamente han dejado su espacio a estudios materialistas del comportamiento humano. En este trazo, la psicomagia de Jodorowski me permitió comprender que mis lecturas de tarot se orientaban a la organización de la personalidad, es decir, cuando exploraba en las personas sus zonas de conflicto o acierto, mi prescripción generaba nuevas acciones hacia sus conductas y, desde luego, su reestructuración.
El tarot y su lectura en nuestros días sigue, en muchos casos, en manos de charlatanes que no lo utilizan porque no saben ni lo conocen como una herramienta predictiva, cuando en realidad su técnica tiene que ver con la organización de la conducta y su cabida hacia la exploración del ser.
Una persona que comprende que el tarot genera conocimiento de vida aprecia en su lectura la prescripción cierta hacia la modificación de conductas o zonas erróneas del proceder, por lo que, desde la respiración hasta el sentido de orientación empática, suelen trascender no para advertir el futuro, sino para corregir los actos del presente.
Es por ello que psicólogos en todo el mundo se encuentran estudiando y desarrollando una lectura del tarot para reinterpretar símbolos de la conducta que no se aprecian a simple vista y que las técnicas de la psicología no abordan, lo cual es impactante y denota lo poco que sabemos y conocemos de la ciencia en relación al medio social.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
