Ahora que están de moda las secuelas de franquicias exitosas, como Matrix, Los cazafantasmas o Halloween, no es de extrañar que los ambiciosos productores hollywoodenses hayan rescatado Scream.
La cinta original fue realizada en 1996 por Wes Craven, un especialista del género, quien es recordado por clásicos como Pesadilla en la Calle del Infierno o La última calle a la izquierda. El director, fallecido en 2015, dirigió las tres secuelas de la exitosa franquicia.
Matt Betinelli Olpin y Tyler Gillet han filmado una secuela-homenaje con un guion de James Vanderbilt y Guy Busick, cuyo mayor atractivo es la presencia de los personajes originales veinte años después, Sidney Prescott (Neve Campbell), Gale Weathers (Courtney Cox) y Dewey Riley (David Arquette), quienes regresan a Woodsboro convocados por Sam Carpenter (Melissa Barrera), pues se han producido tres asesinatos similares a los de hace años. La cosa comienza a complicarse cuando Sam confiesa que es hija del asesino original.
El guion pretende ser inteligente y justificar a los nuevos villanos, que resultan meras caricaturas.
Pese al tango que dice que veinte años no es nada, el trío original muestra los estragos causados por el tiempo y la Cox es incapaz de mostrar cualquier gesto, debido a tantas restiradas; además, los realizadores caen en el gran guiñol y el humor involuntario.
Scream resulta, pues, una secuela gratuita que solamente tenía los ojos puestos en la taquilla.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.