Tras el éxito obtenido a fines de los setenta con Rocky, Sylvester Stallone creó otro personaje icónico: John Rambo. El veterano excombatiente de Vietnam apareció por primera vez en la pantalla grande en 1982, bajo las órdenes del canadiense Ted Kotcheff, con un filme que tenía como subtítulo First blood, en el que le hacía la vida de cuadritos al sheriff, interpretado por Brian Dennehy.
Luego de cuatro cintas, la película actual de Adam Grunberg se anuncia como Rambo: last blood.
Rambo vive apaciblemente en un rancho en Arizona, en compañía de su familia postiza, María (Adriana Barraza) y su nieta Gabrielle (Yvette Monreal).
La cosa se empieza a complicar cuando la chica decide viajar a México para encontrar a su padre biológico, quien la rechaza, dejándola a merced del cártel de los hermanos Martínez (Sergio Peris-Mencheta y Óscar Jaenada, más odioso que en su papel de Luisito Rey). Rambo acudirá a su rescate, sediento de venganza.
El actor Grunberg consigue el filme más violento de la saga, lo que ya es mucho decir. El combate final contra los narcos es rico en sangre, con salvajes mutilaciones y hasta un corazón arrancado, rayando en el gore.
Aunque la cinta está ambientada parcialmente en México, en realidad se filmó en España; de ahí, tanto actor hispano, a los que hay que añadir a la guapa Paz Vega, la actual Catalina Creel de Cuna de lobos.
Rambo: last blood es un violento filme que será del agrado de los fanáticos de la saga, que al final podrán apreciar escenas de todos los filmes anteriores.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.