En un momento histórico donde la nación debe estar unida ante la agresión del gobierno de Washington de Donald Trump, las voces de los buitres de la carroña mediática se ciernen sobre el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum para intentar imponer la incertidumbre y desolación como las premisas antinacionalistas de una clase política que perdió el poder, porque la última palabra la tuvo el pueblo que desterró al antiguo régimen.
En el contraste de la realidad, las deportaciones del gobierno de Estados Unidos ya crean los primeros estragos de lesa humanidad sobre los connacionales, miles de ellos de Hidalgo, que tendrán que insertarse en una realidad donde construir un gobierno de equidad social sólo es posible donde prima la inteligencia férrea de la solidaridad y unión nacional.
Así como los conservadores de ese México que hizo posible el imperio de Maximiliano, trocando la soberanía nacional por la casta de los Habsburgo, hoy la danza de los buitres de la carroña no deja lugar mediático en sus intentos por tirar, materialmente, al gobierno legítimamente constituido de Claudia Sheinbaum.
En esta atmósfera, la profesora emérita del ITAM, Denise Dresser, próxima a ser decana de esa institución, que se caracteriza por ser un enclave elitista de la educación en México, de manera iracunda ha increpado las medidas de contención de la presidenta Sheinbaum Pardo frente al ascenso del gobierno de Donald Trump en defensa de los ciudadanos mexicanos que en carne propia y sus familias se encuentran viviendo los estragos de un gobierno fascista en Estados Unidos.
Cuando la crítica y el análisis de la realidad se invisten de veracidad pública para tratar de crear condiciones e instrumentos que permitan perfeccionar las medidas gubernamentales, su profundidad y contundencia debe ser aplaudida y evaluada para crear expectativas de corrección gubernamental. Empero, cuando la crítica y el análisis público se disfraza de “ciencia infalible” -como es el caso de las alusiones sin sentido y mordaces de Denise Dresser- es menester desterrar los sofismas y las falacias para encauzar las reflexiones de la sociedad.
La postura de Dresser contrasta con la tibieza con la que trató a la política exterior de los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón que, en el caso del foxismo, la actitud entreguista del gobierno blanquiazul con el gobierno de George W. Bush fue poco menos que el prolegómeno de una nueva era en la doctrina Monroe de “América para los americanos”, donde México como acertadamente afirmó Adolfo Aguilar Zínser: “México es el patio trasero de Estados Unidos.”
Empero, los comentarios de Dresser van en el sentido de que la presidenta Sheinbaum Pardo no se encuentra preparada para contrarrestar la política gubernamental que está desplegando Donald Trump contra México.
Las afirmaciones de Denise Dresser deben ser tomadas desde el matiz del resentimiento político que arrastra desde la debacle del partido de sus amores -el PAN- y de la alianza “dorada” PRIAN, que protagonizaron uno de los mayores fracasos políticos que se tenga memoria en el país y se encuentran reducidos como expresiones partidistas a las migajas y el éxodo masivo de sus filas al gobierno morenista.
La crítica política debe situar en su justa dimensión la veracidad de la realidad social y jamás perder de vista que la empatía ideológica no debe nublar los datos empíricos y su ponderación, donde, en el caso de la caída de las fuerzas políticas del antiguo régimen, ¡el pueblo tiene la última palabra!
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.