Hace unas horas, el gobernador Omar Fayad informó de la muerte de un hidalguense de 46 años que inició tratamiento contra el coronavirus en el Hospital General de Pachuca y después, por decisión de su familia, fue trasladado al hospital ABC de la Ciudad de México.
Es una noticia lamentable que nos debe mover a ser responsables en las medidas que se han señalado para frenar los contagios, porque el virus es cosa seria. Pero no sólo esta muerte provoca preocupación, ya verá usted que surgirán los grillos de siempre, a los que no les importa solidarizarse para enfrentar el mal, sino encontrar rendijas por dónde buscar cosecha para sus grupos y parcelas.
Ya verá usted que, aparte de que no han movido un dedo para apoyar, se van a rasgar las vestiduras culpando al gobierno de esta muerte, o por lo menos mordiendo las medidas a las que les restarán importancia y seriedad. Lo importante para ellos es morder, culpar de todo al de enfrente, aunque ellos no asuman una actitud de solidaridad o responsabilidad social.
¿Quiénes son? Los de siempre, que buscan estorbar y lastimar a un gobierno estatal al que se le reconoce un trabajo serio y profesional, y de ello hablan las medidas para enfrentar el virus en lo médico y en sus consecuencias económicas. Son los mismos que quisieran que al hospital inflable se lo llevara el viento, los que piden cuentas de lo que se gasta en fiestas patrias y otros festejos populares, porque desde su punto de vista son pesos mal gastados. Seguramente ellos celebrarán que ya haya un muerto por el virus y preparan los dientes para morder.
Ya lo verá usted. Ojalá nos equivoquemos.
