Las voces se aglutinan en la sede nacional del PRI que al igual que en el resto del país admiten que el ciclo de dominación priista ha terminado, lo cual responde al ascenso de MORENA, ya que el Revolucionario surgió en un momento de crisis política y la Regeneración también.
Esto no significa que el ciclo de dominación de MORENA pueda ser igual o mayor que el de PRI, es decir, durar más de 70 años; las condiciones políticas son otras y esto no habrá de suceder, pero algo está claro: el capital político de MORENA es suficiente para mantener el poder por dos periodos.
¿Debe refundarse el PRI? No. Y es que no se trata de un problema de saturación de tiempos y movimientos, sinonde conductas políticas cuyos manejos de poder concentraron la toma de decisiones y generaron antipatía en las bases militantes, y más allá de ello, siempre bajo la simulación y la pantomima, ejerciendo terror y violencia, signos claros de la descomposición de un partido que ya no controlaba a su estructura.
En 1929, la idea del PRI era terminar con las purgas intestinas de los caudillos, civilizar el poder político y darle estructura; para la década de los 90, el poder había generado nuevos caudillos que utilizaban la violencia y la concentración del poder político para contener y mantener a raya a sus estructuras; nuevamente volvía a las purgas intestinas del poder.
En todo este espacio político volvió la violencia, hubo asesinatos y el crimen contuvo los apetitos y los deseos de aquellos que querían democratizar el partido, mientras los que querían secuestrarlo hicieron lo propio a través de la fuerza.
La antesala de la derrota del 1 de julio fue el reflejo de un partido que hizo de la violencia interna y de la antidemocracia los vectores de la conducta histórica, donde el que se movía no salía en la foto, porque el que tomaba la foto era uno solo.
Si la cúpula de poder del PRI le teme más a debilitar su poder interno que enfrentar a las fuerzas políticas externas, todo estará perdido, porque en vez de democratizar al partido lo volverá una prisión o camisa de fuerza y aplicará la mano dura.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.