Desde los tiempos de Fernando Valenzuela, muchos fanáticos mexicanos se convirtieron en seguidores de los Dodgers, que al fin el año pasado ganaron otra Serie Mundial, algo que no ocurría desde 1988.
Su polémico manejador, Dave Roberts, los ha tenido en los primeros lugares en los últimos años, pero escudado por la sabermetría ha tomado decisiones muy criticadas, que condujeron a su eliminación contra los Bravos de Atlanta.
El buen colega Armando Esquivel, de Beisbol sin fronteras, se la ha pasado ensalzando al manejador, diciendo que “es un adelantado para la época” y justificando sus decisiones, como si ya fuera uno de los patrocinadores del programa.
Los Dodgers traían un trabuco y, no conforme con eso, se reforzaron al final con Max Scherzer; posible Cy Young, y Trea Turner, champion bat, pese a lo cual se tuvieron que conformar con el segundo lugar, con 106 victorias, mientras los Gigantes obtuvieron 107.
En el juego decisivo contra San Francisco, Roberts lució como un genio relegando a Julio Urías al bullpen, luego de que lo había anunciado como abridor; pero ya contra los Bravos sobredirigió y destrozó su rotación abridora. En el segundo juego utilizó a Sherzer y a Urías; se arrepintió de meter a Jensen y, cuando lo hizo, ya era demasiado tarde. Como resultado, perdió la serie 2 a 0 y quemó a sus mejores pitchers. Lógico es que no pudiera recuperarse.
Sherzer se resintió del brazo y ya no picheó, y Urías, que toda la temporada fue abridor, nunca pudo recuperar el chip ganador.
El problema con la sabermetría es que no toma en cuenta el factor humano: el temperamento del pelotero ni su respeto; como ejemplo, en el último juego, luego de dos outs a la mitad, le tocaba a un zurdo batear y Roberts trajo a Vasia, quien regaló tres bases consecutivas.
Siendo el equipo más caro de la liga, la eliminación de los Dodgers debe considerarse un fracaso y una llamada de atención a la capacidad de Roberts, quien, nombrado el mánager del año en el 2016, ha tomado un protagonismo excesivo, como tratando de hacer olvidar su mediocre carrera como pelotero de 11 años en cinco equipos, con .266 de porcentaje.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.