El Plan Claudia clausura al antiguo régimen en Hidalgo

El Plan Claudia ya tiene trazos concretos en el gobierno de Julio Menchaca, que está decidiendo el peso de la operación política de su Congreso, en donde la carta fuerte es Andrés Velázquez, quien requerirá de un staff de asesores para concitar las reformas del Congreso federal con la legislatura de Hidalgo.

La presencia de Claudia Sheinbaum comienza a crecer dentro de las discusiones del poder en torno a la posible tutela de AMLO en su mandato. El pronunciamiento de la presidenta electa sobre el impulso a una reforma de pensiones para mujeres a partir de los 60 años y la reforma del Poder Judicial tienden un puente entre los pronunciamientos con López Obrador, pero no una intromisión política, lo que ya perfila que el mandato de Sheinbaum tomará su propio rumbo político.

Sin embargo, la depuración del poder de Morena a nivel nacional de infiltraciones y obstrucción de intereses a cargo de la migración partidista de la oposición a las fuerzas guindas, ya articula los requerimientos de una etapa de purga del Plan Claudia en Hidalgo.

Ante la operación política de la oposición del antiguo régimen -que ha iniciado desde la élite de la oligarquía industrial un proceso de desestabilización económica en la especulación tanto de capitales golondrinos al extranjero y una guerra mediática tratando de crear un clima político enrarecido en la transición de mando- el Plan Claudia ya tiene trazos concretos en el gobierno de Julio Menchaca, que está decidiendo el peso de la operación política de su Congreso, en donde la carta fuerte es Andrés Velázquez, quien requerirá de un staff de asesores para concitar las reformas del Congreso federal con la legislatura de Hidalgo.

En este trazo, el gobernador hidalguense tiene dos factores a contracorriente por enderezar: la filtración de las migraciones partidistas y grupos políticos, y la reestructuración del partido guinda en Hidalgo.

Aunado a ello, Julio Menchaca tendrá que impulsar acuerdos municipalistas que permitan que el Plan Claudia opere en la microfísica del poder ciudadano que se registra en los ayuntamientos. Es indispensable evitar los ejemplos de la Estafa Siniestra, que hizo de la malversación pública y el peculado el botín del PRI Hidalgo, que debe ser desplazado hacia su extinción.

Todo indica que el Plan Claudia toma una ruta de transformación política que desde la articulación de la mayoría calificada y las reformas de corte estructural al sistema político, que iniciará con el Poder Judicial, empujan al gobierno de Julio Menchaca a una redefinición temprana de tareas, las cuales inician en el Congreso de Hidalgo.

La suma de fuerzas, que no de lealtades, impulsada por el Grupo Plural Independiente (GPI) que se adhiere a la bancada legislativa de Morena Hidalgo es la cara de la infiltración política, sin que hasta ahora Marco Rico, en vez de realizar un cuestionamiento de las implicaciones de esta adhesión política, se abre hacia la amnistía de fuerzas, lo que advierte que la lectura de la realidad entre lealtades y traiciones” aún no se realiza con la profundidad y certeza que le exige el Plan Claudia al gobierno de Hidalgo.

El Plan Claudia, en el desplazamiento del antiguo régimen en Hidalgo, es claro: no se pueden ni deben emular las prácticas de la vieja política a través de la infiltración y su obstruccionismo gubernamental. Se trata, en definitiva, de crear una fuerza política propia que limpie” los contrapesos de facto en el poder del gobernador Julio Menchaca.

El Congreso de Hidalgo debe perfilar la construcción del Plan Claudia. No caben las dudas de mando gubernamental en la correlación de fuerzas favorables que presenta el gobierno de Julio Menchaca. No obstante, depurar la democracia representativa es una tarea central en la operación política de las estructuras gubernamentales de Morena Hidalgo, cuestión que, hasta ahora, no ha tenido un trazo nítido con las fuerzas de la oposición que se mimetizan en la administración de Julio Menchaca, la cual duerme con el enemigo en casa.

El Plan Claudia ha dado inicio y el empoderamiento de la presidenta electa ya ha dejado claro que la tutela de AMLO es un espejismo que la oposición construyó para desequilibrar su ascenso y que, en la administración de Julio Menchaca, inicia con el desplazamiento de las prácticas políticas del antiguo régimen y la infiltración de la oposición.


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