El estrés que hemos creado en el ecosistema nos ha respondido con los estragos de una pandemia que nos tiene de rodillas y que exige una reestructuración cultural para afrontar los retos de nuestra especie y aprender la lección que tenemos enfrente.
En esta crítica realidad conviene replantear desde el paradigma de sociedades mezquinas y desiguales en el que nos desenvolvemos, al tránsito de sociedades colaboracionistas e igualitarias que conlleven una redistribución de la riqueza y de las oportunidades de desarrollo humano en un mundo sin amos ni esclavos como en el que hemos vivido.
Empero, pese a que sabemos que debemos abandonar el actual paradigma de control y opresión política en el que vivimos, los aparatos ideológicos del Estado, los procesos de alienación y el monopolio de la represión legal siguen estando en manos de las élites del poder, las cuales nos llevarán a un enfrentamiento social o a la imposición de tiranías disfrazadas en las “nuevas democracias”, para conservar sus estructuras de privilegio a través de un gatopardismo mucho más sórdido del que ya hemos vivido.
En la suma brutal de la realidad, el esquema del orden sistémico capitalista nos empujará a una cuarta revolución industrial, en donde la tecnología y los sistemas virtuales, al igual que la rotación presencial de la cadena laboral, serán las constantes para trazar una nueva dimensión de explotación que, desde luego, será bautizada con un nombre en su doctrina económica, se me ocurre “humanismo económico”, donde los seres humanos explotados tendremos que sacrificarlo todo en pos de sobrevivir.
Si alguien ha pensado que la pandemia nos ha dejado una huella de solidaridad y humanidad, está en el error más absurdo y cruento de la pendejez humana; por el contrario, la pandemia ha enseñado a las élites de poder y al gran capital internacional que debe cambiar los esquemas de explotación para asegurar su dominación, esto es claro y lógico.
La ventana del enfrentamiento civil frente a los abusadores y controladores del Estado y sus élites parece ser la única opción para reestructurar el paradigma social, pero ello presupone muerte y dolor, cuestión para la cual la mayor parte de los pueblos no se encuentran preparados a nivel de conciencia política.
Consultoría política y lectura del Tarot: [email protected]
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.