El nuevo orden municipalista en Pachuca

Frente al déficit que deja el gobierno de Sergio Baños en Pachuca, la ciudadanía exige de la administración de Jorge Reyes Hernández un cabildo de vanguardia pública y política, que exprese -en todo momento- su compromiso solidario de servir a las y los pachuqueños.

La expectación ciudadana que ha causado el ingreso del nuevo cabildo encabezado por Jorge Reyes Hernández traza cuestionamientos anticipados a la administración municipal morenista frente al desastre que ha dejado la gestión de Sergio Baños y que impone una aguda, profunda y orgánica reestructuración política de un nuevo orden municipalista en Pachuca.

 

En primer término, se espera la presentación del Plan de Desarrollo Municipal de Reyes Hernández, el cual no sólo deberá resarcir los daños de la impericia e inconcreción pública de la administración saliente, sino que será crucial hacer de Pachuca el epicentro político del 2º Piso de la transformación en consonancia y coordinación al gobierno de Julio Menchaca.

 

Crear, en este escenario, obra pública de vanguardia y con sello de modernidad internacional, es menester que debe acompañar la funcionalidad de las medidas de seguridad, desarrollo social y cultural, equidad pública, honestidad y probidad, así como de una gestión pública para el desarrollo de oportunidades sociales en la atracción de inversión local, nacional e internacional.

 

El déficit que deja la administración saliente, que deterioró la dignidad humana y la concreción de oportunidades sociales, debe analizarse en torno a los nuevos entramados de construcción y reforma del Plan Claudia, cuyas lógicas de reestructuración de la administración pública exponen cambios profundos en el sistema orgánico a nivel municipal. Esta cuestión exige de la administración de Jorge Reyes Hernández un cabildo de vanguardia pública y política que exprese, en todo momento, su compromiso solidario de servir a la ciudadanía de la metrópoli capital, la cual ha sido dañada en la presente administración municipal en su moral, dignidad, patrimonio y desarrollo social.

 

El escenario municipalista exige un nuevo orden político y administrativo para la ciudadanía de Pachuca.

 

Las prescripciones y saldos deficitarios que deja la administración de Sergio Baños imponen:

I. Probidad y transparencia pública

El nuevo cabildo deberá manejarse en la lógica de un gobierno público de horizontalidad ciudadana en la toma de decisiones y garantizar la transparencia de un gobierno en público como premisas de una lógica de ciudadanización del ayuntamiento.

II. Obra pública y planeación urbana

Es menester del nuevo orden municipal trazar obra pública de primer mundo, eficiente y expedita que se armonice en un Plan de Desarrollo Municipal, acorde a la inserción estatal y nacional en los vínculos globales que impone Pachuca como epicentro político y administrativo.

III. Dignidad y generación de oportunidades sociales

No basta con la concreción de transparencia y probidad, así como de obra pública y planeación urbana, es necesario salvaguardar la dignidad y la generación de oportunidades sociales al tenor de construir un entorno cultural, seguro y en equidad ciudadana que propicie oportunidades de desarrollo social con rostro humano, donde los adultos mayores sean respetados y prohijados, donde los jóvenes encuentren espacios para crear una mejor sociedad, donde los niños jueguen sin amenazas ni temor, y donde mujeres y hombres construyan ese porvenir que, hasta ahora, no existe en Pachuca.

 

La ciudadanía en la metrópoli capital exige un presidente municipal digno y honesto que trabaje solidariamente con su pueblo; que sea pueblo, que vibre comprometido en su labor para que sus regidores no engorden ni se aburguesen en sus puestos; donde en nuevo orden municipalista tenga rostro humano y no exista un solo ciudadano que mire al horizonte pensando que el cabildo se sirve del pueblo, corrompe la función pública y se convierte en la pasarela superflua de redes sociales.


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