La gran cantidad de anuncios en los que aparece Xóchilt Gálvez no ha incidido en el incremento de la intención del voto de la ciudadanía, cuestión que tiene deprimida a la cúpula del PRIAN, que no encuentra el camino para abordar la próxima campaña presidencial, pero mucho más importante, para revertir el proceso de pérdida de cargos de elección popular.
Al inicio de la postulación de Gálvez, la alianza opositora –que cambia de nombre como de dirección política con una facilidad que pasma- asumió que había fortalecido su presencia entre la ciudadanía al designar a una mujer y eso la haría ver como una fórmula política renovada que, aunado al origen político de la elegida, habría de crear un escenario de alternancia anticipada en el imaginario colectivo.
Sin embargo, el ascenso de Claudia Sheinbaum tiró por completo el sueño de la alianza opositora. Mientras la aspirante de Morena ha logrado posicionar la continuidad de las reformas políticas estructurales de López Obrador y su campaña es de una sencillez discursiva y sin confrontación política, los acompañantes de Gálvez no han dejado de lado la estrategia de golpeo y confrontación, la cual no sólo no ha dado resultados, sino que perfila una estrepitosa caída incluso antes de comenzar formalmente las campañas.
Los spots de la alianza opositora han ido al alza, pero las encuestas revelan, semana tras semana, que la candidatura de Xóchitl Gálvez va a la baja en los ánimos ciudadanos; por ello, no resultará sorpresiva su derrota en los comicios de junio.
Los cuestionamientos de fondo en este escenario giran en torno a la conformación del mapa político en favor de Morena y los diversos cargos de la estructura de gobierno, pues en caso de incrementarse el número de gubernaturas, congresos locales y alcaldías para este partido, el paso siguiente para Claudia Sheinbaum será renovar la Constitución para la refundación nacional como sello de la transformación política iniciada por López Obrador.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
