Esta semana, después de que Bloomberg diera a conocer que hay una probabilidad del 100% que Estados Unidos caiga en recesión, ante la imposibilidad de la Reserva Federal de contener el incremento de la inflación (8.2%), los analistas en México le han apostado al descarrilamiento de la economía, lo cual no podría ser mejor para los opositores del presidente Andrés Manuel López Obrador, que en la antesala de las elecciones presidenciales quedaría expuesto a una catástrofe económica, sin importar las consecuencias para millones de mexicanos.
Sin embargo, las proyecciones de Bloomberg solo son la prospectiva sobre el posible desarrollo de la economía estadounidense, basada en escenarios y supuestos sobre la política económica y monetaria de Estados Unidos, materializada en un modelo econométrico. Habría que preguntarse sobre la incapacidad de la Reserva Federal contener la inflación, sobre el inmovilismo del gobierno de Joe Biden para dejar que la economía se desmorone, como durante la crisis de 2009, algo que resulta imposible de pensar por ahora.
Pese a la interrelación de las economías producto de la globalización y las relaciones económicas de México con Estados Unidos, país al cual va el 82% del total de las exportaciones, el Banco de México (Banxico) y el Gobierno Federal tienen la responsabilidad de poner en marcha una política económica proactiva y previsiva, capaz de hacer frente a la recesión mundial que seguramente se hará presente en muchos de los países desarrollados y en desarrollo en 2023, tal como lo han señalado el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la propia Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que implica fortalecer el consumo interno, en particular el del gobierno, e incrementar la inversión pública.
Por ahora, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre (1.8%) y segundo trimestre (2%) de 2022 revela un aumento promedio de 1.9% durante el primer semestre del año, nada malo para las condiciones en que se está desenvolviendo la economía nacional luego de la pandemia y la crisis económica actual desatada por la guerra anexionista rusa en Ucrania.
No obstante, quedan aún tres meses claves del año para garantizar que la economía mexicana logrará crecer, al menos, alrededor del 2%. El INEGI ha publicado recientemente los resultados del “Sistema de Indicadores Cíclicos”, correspondientes a julio de 2022, señalando que en ese mes el Indicador Coincidente, que refleja el estado general de la economía, se colocó por arriba de su tendencia de largo plazo al sumar 101.1 puntos y una variación de 0.13 puntos respecto a junio, la cual constituye la menor en siete meses; mientras que sus gráficas aún no muestran el efecto de la crisis económica internacional actual, pero sin duda, es probable que en los próximos meses la curva comience a caer, considerando las proyecciones adelantadas del INEGI.
En efecto, el Indicador Adelantado, que “busca anticipar los puntos de giro del Indicador Coincidente con base en la información de sus componentes disponible”, de acuerdo al INEGI, en agosto de 2022 se localizó por debajo de su tendencia de largo plazo al registrar un valor de 99.6 puntos y una disminución de 0.29 puntos con relación a julio”, tal como precisa el Instituto, proyectando una probable caída a mediano plazo de la economía nacional, congruente con las últimas observaciones efectuadas por el INEGI en su modelo econométrico.
El Indicador Adelantado continúa proyectando una caída del crecimiento económico como en meses pasados; sin embargo, lo pronunciado de la caída dependerá de la fortaleza y resistencia que ofrezca la economía mexicana a la crisis económica internacional; no obstante, los recientes indicadores publicados por el INEGI muestran una pérdida gradual de dinamismo de la economía nacional, en particular en el sector de los servicios.
Revisando los datos del INEGI, lo cierto es que el Indicador Adelantado proyecta una caída del crecimiento de la economía en el tercer trimestre, lo que probablemente conducirá a que la próxima tasa de crecimiento trimestral oscile entre 0.5% y 1.5%, mostrando el impacto de la crisis económica internacional sobre la economía mexicana. Sin embargo, el desempeño real de la economía va a depender de su capacidad para atraer inversiones, del consumo privado y del gasto público; tarea que parece difícil frente a los incrementos de las tasas de interés en Estados Unidos y Europa, que están luchando por contener la inflación.
Por ahora el Banxico y los apoyos del gobierno al consumo de energía parecen estar dando resultados positivos, el propio FMI lo ha reconocido recientemente. En septiembre de 2022 el incremento de los precios respecto a agosto apenas fue de 0.62% y la inflación anual se mantuvo en 8.7%, la misma de agosto; sin embargo, la inflación acumulada anual pasó de 5.54% en agosto a 6.19% en septiembre; por lo que este aparente reposo en el aumento de los precios podría estar relacionado con la caída de la demanda interna y los ingresos de los hogares, producto del incremento del desempleo (3.5% en agosto), y en consecuencia, con un menor crecimiento de la economía en el tercer trimestre de 2022.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.