La realidad virtual, a través de Internet y la instauración de las redes sociales, ha encumbrado espejismos del mundo real de manera masiva y exponencial, al grado que las noticias falsas y los estereotipos de diversas dimensiones crean mitos y fantasías incontrolables como nunca antes en la historia de la humanidad.
Y como las calamidades nunca vienen solas, la palestra política que tiene en sus manos la conducción del orden sistémico se encumbra en la edificación de líderes internautas que han redimensionado las condiciones mediáticas para guiar la realidad social que, casi con nulo escrutinio ni interés de esa realidad por los cibernautas, queda en el oscurantismo y ceguera más espantosa que podamos calcular.
Este lapidario escenario es el que hoy concreta las campañas electorales y el ascenso de múltiples servidores públicos que triunfan, en la mayoría de los casos, sin tener el conocimiento y las cualidades que debe poseer un representante popular, cuestión que es lo mismo que dar palos de ciego al vacío con la complacencia de una cultura política parroquial donde la misa inicia desde el púlpito político.
Hace décadas Giovanni Sartori advirtió en la sociedad teledirigida los peligros de la conducción virtual frente a sociedades ampliamente empobrecidas a nivel cognitivo, situación que en nuestros días se ha profundizado, creando una estela de podredumbre irreflexiva.
La mejor forma de control político se presenta con el empobrecimiento educativo y cultural de la sociedad; educativo, cuando las estructuras de enseñanza crean condiciones proclives para la reproducción de las élites del poder, y cultural cuando esa reproducción se genera en los imaginarios colectivos que son poco menos que espejismos en el desierto, que se transmiten en redes sociales que atrapan a sus adeptos como la telaraña a la mosca.
Los líderes internautas hoy hacen nata en el mundo, se posan en el poder como moscas en la leche, mientras los cibernautas navegan ciegos en un inframundo dominado por la ignorancia y lo superfluo.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.