Casi al comenzar la gestión del actual gobierno federal –hoy a tres semanas de concluir- Obrador dijo que había encontrado al país como un elefante reumático y ese mismo término lo aplicamos ahora para referirnos a los municipios hidalguenses que, salvo contadas excepciones, estaban (están) convertidos en esa misma figurada condición.
Sin pretender entrar en detalle, es casi generalizado el comentario en el sentido que gran parte de los 84 municipios de Hidalgo vivieron graves problemas económicos, de inseguridad, corrupción e ingobernabilidad. Se abre ahora una nueva página y con ello la esperanza de que las cosas cambien para bien, por supuesto, y de ello podamos dar cuenta los habitantes.
En Tula, por ejemplo, la ceremonia de cambio de poderes se realizó prácticamente sin sobresaltos y con algunos destellos que pueden dejar ver lo que nos espera en los próximos tres años. En la entidad se supo de ceremonias muy bien preparadas y en la otra cara, eventos llenos de errores que dejaron ver no sólo inexperiencia sino la falta de interés y/o capacidad para una actividad de esta naturaleza y que nos da margen para imaginar el tipo de gobierno que viene.
Aquí no deja de llamar la atención que en el mensaje del nuevo edil no escuchamos algunas líneas -aunque sea muy generales- de lo que podrá ser esta administración en obras y acciones que con carácter de urgente se deben implementar en el municipio. Su nuevo titular viene de la estructura de gobierno del estado, en donde la planificación es eje fundamental, pero no se escuchó nada.
No deja de sorprender que ni antes ni después de la ceremonia se haya dado a conocer la identidad de los nuevos titulares de cada una de las direcciones en la estructura de gobierno. Si lo que ocurre es que no los tiene definidos, es algo que debe preocupar, porque la elección con sus resultados ocurrió hace ya cien días, tiempo holgadamente suficiente para encontrar los perfiles.
He escuchado la versión que la tardanza en dar a conocer al gabinete en varios municipios, ocurre por seguir la indicación del gobierno del estado en el plan de crear una administración municipal espejo de la administración estatal. No es sencillo confirmar esa versión, pero, de ser cierta, deben preocupar dos razones:
La primera es que cada municipio es diferente a otro y con más razón al gobierno estatal, y segunda, el alcalde que así lo acepte sin abrir la boca, está cavando su tumba y se convertirá en rehén del gobierno estatal, al grado de desaparecer del diccionario local la palabra soberanía.
Dos temas que pueden parecer intrascendentes pero que pueden servir para calcular lo que viene. A diferencia de la austeridad que pregona y trata de mostrar el presidente Obrador, caso concreto el evento en el zócalo con motivo de su Sexto Informe de Gobierno. Aquí echaron la casa por la ventana y no faltó quien denunciara que el chistecito costó casi 600 mil pesos al erario público.
Y en ese orden de ideas, terminaron con la costumbre de que al final de la ceremonia, organizar la gran comilona con los asistentes al evento. Para agradecer su asistencia y para que el presidente municipal entrante se diera su baño de pueblo. No, ahora se evitó la comilona supuestamente para mostrar austeridad, pero lo que no se pudo omitir (ni ocultar) fue la recepción-comida en uno de los restaurantes más caros no sólo de aquí, sino de toda la región. Preparado tal vez para unas 200 personas, pero en donde abundaron las mesas semivacías.
Otro escenario con augurios no muy halagüeños es Tlaxcoapan. Se insiste que la alcaldesa es bien conocida por su carácter irascible y de ello ya dio amplias muestras a sus cercanos, que más temprano que tarde se van a reflejar, porque si bien es cierto que entre colaboradores y vecinos habrá quienes resistan a pie firme, por la necesidad de la chamba los primeros o de algún apoyo los segundos, todo tiene un límite. Pero se comenta que sabedores de este escenario, desde Pachuca ya se envió un equipo de “bomberos” para desactivar la bomba.
Pero las cosas van comenzando y hay la esperanza de que las cosas se enderecen en casos como los aquí referidos, que no son los únicos. Y de que el elefante se levante y comience a caminar.
Nos leemos en la próxima entrega, pero… Entre nos.
Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.