No varió la estrategia en el tercer debate presidencial y Xóchitl Gálvez en vez de haber creado un escenario de propuestas, donde los adjetivos de democracia y libertad que precedieron la movilización de la marea rosa, se enfrascó en la beligerancia y terminó por hundir a la alianza opositora y al PRI en Hidalgo.
Horas antes, las candidaturas de Carolina Viggiano y de Francisco Olvera ya habían sucumbido frente al rechazo ciudadano.
Francisco Olvera, en sus visitas a barrios y colonias ha sido distante y poco prohijado por la ciudadanía; mientras, Carolina Viggiano no le dio el peso a la contienda por la Senaduría, por lo que sus recorridos frente al poder plurinominal que conserva, se convirtieron en precarios y escasos, por lo que su presencia ciudadana no fue notoria.
En los corrillos del PRIAN Hidalgo (en los del PRD ni nombrarlos), la desilusión se apoderó de las dirigencias estatales frente a la desafortunada actuación de Xóchitl Gálvez que, en toda la contienda electoral, jamás entendió que la campaña de beligerancia y los esfuerzos de mimetismo de oferta política de propuestas, tratando de ofrecer el oro y el moro, jamás dieron resultado. Entretanto, desde el púlpito de Palacio Nacional, López Obrador siguió en el discurso de hacer florecer el segundo piso de la transformación y Claudia Sheinbaum jamás se enfrascó en los debates con Xóchitl Gálvez, no mencionó el nombre de la oriunda de Tepatepec, Hidalgo, como tampoco se dio por aludida por las constantes acusaciones que le hizo Gálvez, inclusive, metiéndose con cuestiones personales de Sheinbaum.
Si existe algo que le moleste al mexicano, sociológicamente, es que se metan con su familia y personalicen una dimensión o faceta de su vida como el trabajo, la cultura, la religión e inclusive, la fiesta. Xóchitl Gálvez hizo alusiones constantes a la familia de Claudia Sheinbaum, lo que fue recibido por el auditorio como “venganza política” y, en ello, Gálvez se auto infringió un revés político que jamás advirtió, porque en su ceguera -y con asesores de segunda- siguió en este tenor de ataques en los tres debates, pese a que, en el último, por consejo de asesores, reiteró que no se metía con cuestiones personales de Sheinbaum.
También, Xóchitl Gálvez insistió como estrategia de debate el utilizar en primera persona el nombre “Claudia” para atacar a Sheinbaum, lo que fue percibido como un arrojo y falta de respeto, inclusive, con un grave atentado al género al llamarla “dama de hielo”, lo que focaliza la discusión feminista en el epicentro de sororidad o solidaridad que Gálvez jamás presentó en torno a Sheinbaum.
Paulatinamente la actuación de Xóchitl Gálvez en los debates fue terminando con la ilusión tricolor en Hidalgo.
El lunes 20 de mayo fue un día dramático y gris en las huestes del PRIAN Hidalgo; Gálvez aparecía en la parametría del debate rebasada por Jorge Álvarez Máynez, por lo que el PRI Hidalgo se encaramaba a transitar a la quinta fuerza política del país una vez concluidos los comicios del 2 de junio.
Si analizamos la reacción del escenario, Carolina Viggiano anticipa frente a la derrota de Gálvez la purga intestina en el PRI para aleccionar a todos aquellos que defeccionaron y migraron. La acusación de traición a Omar Fayad es un signo inequívoco de que la reestructuración del partido tricolor en Hidalgo comienza con el látigo del castigo y del desprecio.
Para que la cuña apriete debe ser del mismo palo. La hidalguense Xóchitl Gálvez acabó con la ilusión del partido tricolor de Hidalgo.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
