Los tiernos burros han servido de tema a grandes novelas como Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez, y a obras maestras como Al azar de Baltasar, de Robert Bresson. Ahora estelarizan Eo, un filme de Jerzy Skolimowsky que aspira al Óscar a la mejor película extranjera.
De acuerdo con el guion del propio realizador y de Ewa Plaskowska, Eo se gana el sustento en las pistas de un circo con su domadora Kasandra (Sandra Drzymalska), hasta que los supuestos defensores de los animales clausuran el lugar. Es ahí donde comienza el calvario del noble animal, que sufre los malos tratos de todo tipo de personas, algunas con buenas intenciones, como las que pasean a niños con síndrome de Down.
Eo es una víctima inocente de salvajes hooligans polacos, que lo responsabilizan de la derrota de su equipo, y testigo del asesinato de un conductor que pretendía aprovecharse sexualmente de una mujer.
El apreciable director de El grito y El faro explica que hizo el filme por amor a los animales, pero al mismo tiempo denuncia la crueldad humana, que se manifiesta sin importar credo, nacionalidad o condición social.
El hombre es cruel por naturaleza, desde el amargado trabajador del circo hasta la rica heredera (Isabelle Huppert).
Eo tendrá una dura competencia con Sin novedad en el frente, Argentina 1985, The quiet girl y Close, pero lo cierto que es una bella cinta que hay que ver sin falta, en la Cineteca Nacional.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.