El éxito del sistema político de López Obrador se construyó desde San Lázaro replicando en los congresos locales las estrategias para la distribución, fragmentación y el posicionamiento político de los intereses concretos de Morena.
Sin embargo, las dirigencias estatales de Morena no advirtieron el plan del presidente, que se cansó de mandar señales para que trabajaran en el control de los congresos locales, donde cada bancada guinda debía maniatar a la oposición para evitar los conflictos que impidieran hacerse de las gubernaturas y, con ellas, tener en su cancha la operación social.
La disolución de la alianza de Morena Hidalgo con el Partido Verde Ecologista y el Partido del Trabajo es el enroque que producirá una redistribución de diputaciones locales cuyo efecto dominó garantizará una nueva composición en el Congreso local.
En el fondo, la alianza de Morena a nivel nacional con los partidos satélites no obedece al empoderamiento político en la fragmentación de poder y capital que significan para la 4T, es una estrategia que López Obrador visualizó ante la concentración del poder que alguna vez tuvo el PRI.
El Revolucionario Institucional aparecía en el escenario político como el monopolio que oprimía el progreso social de la nación; Morena aparece como la alianza que construye el porvenir de la nación.
En todo caso, la ingeniería electoral y la conformación de minorías en los congresos locales es la pauta del caballo de Troya de Morena para trazar el nuevo esquema de dominación política.
El ascenso de Claudia Sheinbaum se suma a la estrategia de control de los congresos locales y la expansión municipalista, por ello, cuando la candidata del presidente visitó Hidalgo, ordenó las posiciones para que los procedimientos de distribución de puestos políticos se llevaran con la dirección de Morena Hidalgo, pero Marco Rico no pudo contener el vendaval de la arena local y quedó relegado a simple comparsa administrativa, mientras la encarnizada lucha de las fuerza vivas del partido guinda protagonizaban un zafarrancho.
La crítica del partido no se hizo esperar, desde el Comité Ejecutivo Nacional se mandaron diferentes alertas que causaron la molestia de Marco Rico, quien inclusive vociferó que la unidad no es sinónimo de democracia, lo cual era una posición veraz, pero no como resultado del control del partido, sino al contrario.
La controversia en la escisión -momentánea- entre Morena Hidalgo, el Partido Verde y el Partido del Trabajo también actúa como indicador para medir las fuerzas vivas del partido guinda y determinar los engranajes de la distribución del poder en los grupos y células a su interior, que se mueven como placas tectónicas.
El caballo de Troya no es una metáfora de la estrategia de López Obrador para consolidar la depuración del sistema político, siempre fue el común denominador de su poder.