En Hidalgo, la derecha ironiza sobre las especulaciones que tendrá la elección de ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial a voto directo. La cofradía política de la oposición del antiguo régimen en el estado ya ha iniciado las presiones y pronunciamientos sobre el peso sustantivo que tiene el conocimiento y formación de una estructura tan trascendente a nivel judicial, como lo implica la procuración e impartición de justicia como estabilizadora de expectativas sociales y fortaleza de la democracia.
Claudia Luna, lideresa del PAN Hidalgo, externó a Effetá su preocupación en torno a que el Poder Judicial quede bajo la elección de voto directo, pese a que ello presupone uno de los elementos más significativos de la democracia que implica la voluntad del pueblo. En términos estrictos, Luna Islas se refiere a la pericia que deben presentar magistrados y jueces, la cual no se forma de la noche a la mañana. No obstante, la respuesta a esta postura, sin que se diera en alusión al pronunciamiento de la lideresa blanquiazul, provino del gobernador Julio Menchaca que ya se postuló porque los encargos que serán votados en el Poder Judicial se integren previamente por una evaluación para acceder a la elección del escaño.
Las presiones, que provienen de la oposición en torno a la elección del Poder Judicial a voto directo de la ciudadanía, no obedecen a la perfección de la democracia interpoderes que daría un piso parejo electoral a los poderes públicos, sino al hecho “oculto” de que por décadas el Poder Judicial respondió al tránsito de la cautela política de los intereses de los poderes que le favorecían al antiguo régimen y que hoy, frente a la debacle del juego de intereses y al obstruccionismo político al Poder Ejecutivo de AMLO, se ven amenazados los ministros, magistrados y jueces que por décadas anclaron y sirvieron al poder del antiguo régimen. Su relevo presupone extirpar el poder tras bambalinas de la vieja casta política y suprimir al caballo de Troya de la derecha.
Es imprescindible entender que, pese al ascenso de Morena en la estructura política y de gobierno a nivel nacional, no implica un poder omnímodo (absoluto) en la conducción del aparato de Estado. La jugada magistral de la oposición radica en que viéndose en desventaja en el control de los poderes públicos, ha iniciado un proceso de infiltración política que fue trazado en el último mes de la contienda electoral, donde Xóchitl Gálvez iba perdiendo estrepitosamente y que no ha sido analizado en su justa dimensión en el gobierno de Julio Menchaca.
Específicamente la cúpula empresarial comandada por Claudio X. González se reunió con los líderes de la oposición, sumando ideas frente a la derrota electoral que se aproximaba y trazó acuerdos con los enclaves políticos de la oposición para generar un “Plan de Control Político” que pudiera maniatar de facto al gobierno de Claudia Sheinbaum. Las presiones sobre el peso y su devaluación fueron la primera acción de reacción y control político que provino de la cúpula empresarial, esto hizo que Claudia Sheinbaum atendiera al Consejo Coordinador Empresarial calmando las aguas y asegurando la preservación de sus intereses e inversiones.
Sin embargo, el divisionismo político y la hibridación política que sufren las filas de Morena a nivel nacional y, específicamente, en la lectura política de Hidalgo, han resultado el caballo de Troya que desde sus intestinos ya presenta una infiltración política clara, de ahí que la álgida pelea que sostiene la oposición en torno a la reforma del Poder Judicial sea una batalla que intente que la actual estructura de ministros, jueces y magistrados se mantenga inalterable, ello garantizaría que el obstruccionismo al Poder Ejecutivo se maquillara en un juego de presiones e intereses que le favorecen a la casta del antiguo régimen.
El caballo de Troya para obstruir el Plan Claudia ahora está en la casilla del ajedrez político sobre el Poder Judicial. Por ello, las suspicacias a su rededor tienen la preponderancia política de una aguda estrategia desde la visión de AMLO que ha suscitado el encono de la oposición del antiguo régimen frente a su reforma. Esta nítida realidad política de la oposición se ha encubierto y la develación de su análisis bosqueja la primera astilla en la piel del próximo sexenio de Claudia Sheinbaum.
