A muchos nos cimbró la noticia del intento de homicidio del reconocido periodista Ciro Gómez Leyva. Él mismo narró que la noche del pasado jueves, después de terminar su programa de noticias, abordó su vehículo y casi al llegar a su casa, a no más de diez minutos de traslado en la CDMX, un auto adelante le hizo conducir a baja velocidad y dos individuos a bordo de una motocicleta le dispararon cuando menos en dos ocasiones; gracias a que la unidad está blindada, el comunicador de 65 años sigue con vida.
Con la unidad dañada y sumamente nervioso –como lo estaría cualquiera en su lugar-, Ciro pudo llegar a casa de un vecino amigo suyo, el conocido político Manlio Fabio Beltrones; le auxiliaron en todo lo posible y desde entonces el hecho fue investigado por las autoridades competentes, tanto de la capital del país como del Estado de México, hacia donde huyeron los responsables, según las cámaras de vigilancia.
Desafortunadamente este no es un hecho aislado: de acuerdo con las cifras que se han hecho públicas, México es el país más peligroso para los periodistas, pues ocupa el primer lugar en homicidios, por encima de naciones como Ucrania, que vive una lamentable y desigual guerra con Rusia.
SDPNoticias documenta 17 homicidios en México durante 2022, hasta el pasado mes de noviembre. En muchos casos se habla de comunicadores –mujeres u hombres- que ejercían su tarea a nivel regional, estatal o municipal. Entendiendo que es común que, ante la complicada situación económica de quienes pretendiéramos dedicarnos solo a esto, en muchos de los casos los fallecidos eran también taxistas, empresarios, etcétera, y ello abre la posibilidad de que su muerte violenta pudiera no estar relacionada con su actividad informativa. Pero las cifras, los hechos, ahí quedan.
Al momento de escribir esta columna, no se había dado con los responsables materiales e intelectuales del atentado contra Gómez Leyva, quien desde hace tiempo es uno de los comunicadores más seguidos a nivel nacional. Basta recordar que apenas algunos días antes el presidente López Obrador se refirió a él, al igual que a Joaquín López Dóriga y Sergio Sarmiento, en su diaria mañanera. Muy a su estilo, AMLO los criticó: dijo que ver o escuchar el trabajo de estos periodistas produce tumores cerebrales.
No ha sido la primera –y desafortunadamente no será la última- agresión verbal contra periodistas cuya línea de trabajo ha sido crítica con el actual gobierno federal, lo que alimenta el mal disimulado rencor del presidente contra los comunicadores, cuya lista es larga y bien conocida.
¿Quiénes pudieron ser los autores de este grave atentado contra uno de los periodistas más importantes de México? Él mismo dijo que no tuvo amenazas de algún tipo. El vehículo blindado que por fortuna conducía, es propiedad de una de las dos empresas para las que trabaja, Grupo Imagen y Radio Fórmula, que se lo asignó desde hace años.
Sin embargo, llama la atención lo dicho por Ricardo Salinas: el multimillonario empresario dueño de TV Azteca advirtió que el ataque sufrido por Ciro la noche del jueves 15 de diciembre bien pudo ser consecuencia de los videos difundidos dos días antes en su noticiero nocturno televisivo, en el que se informó sobre la presencia del líder de los Caballeros Templarios, Alberto Romero Rodríguez, alias El Tucán, en las festividades religiosas en la iglesia de Parácuaro, Michoacán.
Las opiniones sobre lo ocurrido contra el comunicador han sido muchas. La gran mayoría son de apoyo, de solidaridad, de crítica al reclamo permanente en el discurso de AMLO contra el gremio periodístico que se atreve a criticar su forma de gobierno. Claro, también hay quienes, en defensa del propio gobernante, anticipan que todo se trató de un autoatentado, supuesto que, en lo personal, descarto.
Es urgente que el asunto se aclare y que los resultados convenzan a la opinión pública. Tan valiosa es la vida de Ciro, como lo era de quienes fallecieron en hechos similares pero que su campo de acción, de información y de influencia, fue local. Hoy se trata de un líder nacional de opinión, a quien solo un milagro le salvó de morir a manos de quienes seguramente ven afectados sus intereses por su diario trabajo informativo.
Por supuesto que nunca podríamos acusar al presidente de la República como el responsable directo del atentado, pero indudablemente su conducta, su belicoso discurso en contra de quienes no son sus aliados, como en este caso los periodistas, pero también políticos, empresarios, académicos y otros tantos sectores agredidos verbalmente, ha calado profundamente en mentes con ideas afines a él o que sin compartir sus ideas, pero al escucharlo, encuentran argumentos y promueven la violencia y el crimen en el que hoy está sumido nuestro México.
De acuerdo con lo que dijo un conocido personaje de la vida política nacional, por muchos años acérrimo crítico de gobiernos priistas y panistas, esta polarización generada desde Palacio Nacional solo alienta la violencia; “esta no es la izquierda que queríamos en el gobierno”, dijo.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… Entre nos.
Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.