El asesino entre nosotros

El asesino somos todos

 

La historia de muchas mujeres como la historia de todos nosotros, contextualización de la violencia (física y metafísica) que padecen y la relevante particularidad de los casos como el significado real de la tragedia de cada una de ellas. Exposición genealógica de las condiciones que posibilitan y detonan los feminicidios, del proceso de interiorización de la cosificación de la mujer desde el aprendizaje del lenguaje y la confirmación de éstas premisas a través de las prácticas sociales y culturales. Comienza con el uso discriminatorio de los conceptos sobre los roles de género, sigue el cúmulo de afirmaciones en torno a dichos estereotipos que producen y sostienen los hechos violentos, i.e., la normalización de la violencia de género. Entonces la muerte como destino y la desaparición como permanente sentimiento en vilo. El asesino entre nosotros es una obra fundamental sobre el tema.

El texto de Mauricio Jiménez fluye fuerte y la dirección de Carlos Corona y Alan Uribe Villaruel es magnífica y precisa entre los testimonios de las almas arrebatadas y la investigación de Sonia (interpretada por Melisa Olivares), reportera sumergida en las profundidades de la más absoluta complicidad de cualquier comunidad. La omisión también es responsable y nadie quiere hablar abiertamente, aún cuando se reconozca a las mujeres desaparecidas en macabras fotografías. Los dos argumentos de la adaptación corren paralelamente y el ritmo asciende por completo mediante los fenómenos de la violencia y la averiguación periodística que va desentrañando las causas más allá de los propios victimarios.

La escenografía se crea como parte del movimiento en escena, los cambios son virtuosos y la transformación es total. Todos los actores participan con la expresión de su cuerpo en movimiento configurando el espacio en imágenes, texturas y sensaciones. La compañía, conformada por alumnos egresados de CasAzul, recibió el premio de Mejor Colectivo en el Festival Internacional de Teatro Universitario 2016-2017.

Las actuaciones son excelentes y forman parte del equilibrio colectivo, cada uno constituyendo un personaje que por momentos parece salir de su propio ser, asimilación dramática que funciona en todos los sentidos. La primera víctima (Samantha Coronel) es el espíritu de una conciencia que no puede descansar mientras se perpetúe el violento estado de cosas, alma omnipresente que impide nuestro olvido e indiferencia. Emilia (Estephany Hernández y Azucena Acevedo) y la señora Cruz (Diana Nava) nos muestran la ventana interna a su angustia velada, su eterna incertidumbre y la esperanza o resignación como único bálsamo. El personaje de La Chinche (Mariana T. Cantú) sorprende por su auténtica representación, rostro, voz y cuerpo aplicados sin ningún temor para su creación. Elsa García (Luz Olvera), la hija de Cruz, conmueve hasta los huesos con su testimonio y, como la primera víctima, impide nuestro olvido y la conciencia de su muerte permanece todo el tiempo en escena. La Chata (Nicole Alva) se debate entre la complicidad explicada por el miedo y la presión laboral. La China (Ivonne Márquez) sabe y no sabe, pero ¿cómo hablar cuando todos te presionan para callar? Dilema que implica la fatal consecuencia de Mariana (Melissa Villareal) a manos de su ser amado. El relato, tanto en vida como en muerte, de la mujer extranjera (Lucía Carrillo y Melissa López Blizzard) extiende nuestra perspectiva, explica el ridículo concepto machista de responsabilidad de los hechos y confirma la universalidad del feminicidio.

El sicario y carnicero (Pablo Gálvez) representan la esencia de una infinidad de variables, formas y personalidades; la misma violencia y la justificación de sus actos sólo porque la víctima es mujer. El barman y locutor de radio (Luis Arturo Rodríguez y Roberto Mora) representan la complicidad por omisión, la burla de toda investigación sobre el caso y el decadente cinismo social. La música es en vivo, original de Sebastián Lavaniegos (Actuación masculina destacada, FITU), quien con su interpretación de asesino  es perseguido por los fantasmas de su conciencia y de las vidas arrebatadas; quiere detener los gritos dentro de él pero no puede. El asesino desnudo en cuerpo y alma.

Una obra completa en todos los sentidos, en la transformación y construcción de un espacio propio y el significado de los múltiples juegos escénicos. La interacción con las luces en la carretera y la muerte en el camino, las declaraciones y testimonios de las víctimas y la música que acompaña todo el contexto de emociones con viento, cuerdas y percusiones. La lluvia y el recurso de la arena, el constante movimiento en el bar y “la cosecha de mujeres” como testigo. Crítica a la música machista, violencia verbal por el éxito comercial y la apología del feminicidio. ¡Mátalas! Carnicería de mujeres, “vieja en lo general y joven en lo particular”. Todos están involucrados, todos somos cómplices. Los medios de comunicación, el mercado en su totalidad y los poderes políticos. Todos, el asesino somos todos. ¡Cobardes! Y la gente festejando, el nacionalismo y el fútbol, el equipo tricolor mientras las muertas se acumulan en el montículo de la degradación, la discriminación y la vergüenza. Estamos en un matadero, el suelo empapado de sangre y, mientras la guitarra llora, la voz de una mujer, la más desesperada, habla por todas ellas, siempre niñas, niñas sin voz. Las almas cantan, a pesar de la bestialidad física, y siguen cantando, consolando a aquellos espíritus que sufren por su trágico destino. Sonia documenta su descubrimiento y describe los cuerpos, mutilaciones, despojos y fracturas; y finalmente encuentra a Elsa, parcialmente devorada por los animales, brazos y pies arrancados y el traumatismo en todo su cuerpo. Los párpados cosidos y también sus labios; la arrastraron por kilómetros. Sonia se derrumba mientras es despojada de sus ropas, aguantando con estoicismo todo el peso de su descubrimiento y la tragedia personal en su cabeza, su espíritu herido y la responsabilidad de seguir luchando por ella, por todas ellas. Entonces Elsa se levanta, el oscuro final cae como una guillotina de prejuicios y la conciencia del público queda afectada en una reflexión que los acompañará toda la noche.

Aplausos para la compañía en su conjunto, a cada uno de los actores y al director por esta intensa y profunda puesta en escena. Tienen que verla y así despertar más de la cuenta.

El asesino entre nosotros se presentará todos los lunes del 13 de marzo al 29 de mayo a las 8:30pm en La Teatrería Estudio, en la calle de Tabasco núm.152, 4to piso, Colonia Roma. Tel. 63896695

 

*          *          *

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".