¿El agua es de los chinos o los chinos son del agua?

La planificación de los recursos hídricos en Hidalgo debe tener el propósito de crear la coexistencia al derecho humano del agua en consonancia con el desarrollo agrícola, industrial y comercial, como premisas evolutivas de una sociedad inteligente con la guía de un gobierno inteligente, justo y honesto.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

La planeación gubernamental ha alcanzado los matices administrativos que nulifican la improvisación en la gestión de Julio Menchaca. Se ha dado paso a proyectos de mayor alcance social en el 2º piso de las Rutas de la Transformación.

Dentro del esquema de planeación tripartita se condensa el imperativo de trazar una reingeniería hídrica que articule desde el eje Ciudad de México, Hidalgo y Estado de México, el primer gran acierto de la metropolización política: la probidad del derecho humano al agua.

La inversión privada nacional e internacional se ha incrementado en el esquema de promoción y gestión pública del gobierno de Julio Menchaca. El arribo de empresas y negocios chinos no es sólo el único capital que se encuentra incursionando en la interacción del aparato de Estado con la visión compartida de hacer de Hidalgo, un ancla del sector secundario de la economía para trazar el bienestar que acompañe una nueva visión pública más allá del uso del presupuesto para programas sociales.

Históricamente, Hidalgo pasó del emporio minero al abandono industrial con una agonía que lo ha llevado a ser uno de los estados más pobres y desiguales de la federación. En este trazo, la carencia de mantos freáticos y de una verdadera planificación de los recursos hídricos, marcó la deserción de la inversión privada y el agudo clima de capitales golondrinos que han impedido establecer un sector industrial fuerte y salubre en armonía con el crecimiento poblacional.

La discusión sobre el manejo hídrico no se puede marcar con un tinte xenofóbico en torno a si el agua es de los chinos, es de una trasnacional o de los potentados de la industria cervecera porque, entonces, el problema se reduce a invasores e invadidos que asemejan a alienígenas devorando terrícolas.

Ha llegado el momento de que la planificación de los recursos hídricos en Hidalgo tenga el propósito de crear la coexistencia al derecho humano del agua en consonancia con el desarrollo agrícola, industrial y comercial como premisas evolutivas de una sociedad inteligente con la guía de un gobierno inteligente, justo y honesto.

En este trazo, los esfuerzos por coordinar la metropolización política en los recursos hídricos entre Ciudad de México, Hidalgo y Estado de México debe trascender a la fuerza política integral de los recursos naturales en la reflexión de que son el patrimonio y derecho humano de sus habitantes, pero esta reflexión no puede sustraerse de las necesidades de desarrollo laboral y oportunidades de progreso social.

Las Rutas de la Transformación del gobernador Julio Menchaca no son producto de la ocurrencia a contrapelo de las anomias que provocó el antiguo régimen. En todo caso, son evidencia del palpable compromiso de una gestión que vive el dolor de las asimetrías sociales donde la desigualdad tiene rostro de pobreza y marginación en Hidalgo.

El papel limitado de los presupuestos públicos es evidencia empírica de que la gestión y apertura sobre la inversión privada nacional y extranjera es un flujo obligado a contemplar en la planificación pública. Claro, la inversión privada debe dar garantías a través de un gobierno honesto, donde el fisco recupere en progresión la tributación justa al pueblo de Hidalgo y donde la generación de empleo digno sea avizorada por la administración gubernamental. En ello radica abandonar la esclavitud de los privilegios que tuvieron las inversiones privadas con fachada pública y las estafas siniestras que son la narrativa de la corrupción y la impunidad.

¿El agua es de los chinos o los chinos son del agua?

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Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.