Luego de realizar una trilogía dedicada a la violencia con los largometrajes Tempestad y Noche de fuego, Tatiana decidió tomarse un respiro y filmar un documental en la sierra poblana, en la población de El Eco, siguiendo los pasos de una familia de esa población, los Hernández a través de los ojos de Monserrat. una adolescente.
El padre tiene que trabajar en una obra en la ciudad, dejando el trabajo del rancho a su esposa, que se queja de que no puede hacer tanto.
Monserrat tiene que hacerse cargo de su anciana abuelita.
Con gran pudor la directora atestigua las muestras de cariño con una de las primeras mujeres que llegó a esa población, por lo que recibe un funeral tumultuario.
Huezo muestra sutilmente la educación machista que existe con el padre diciéndole al hijo que no levante su plato “porque es obligación de las mujeres”.
Asimismo, Montserrat no obtiene permiso para participar en una carrera de caballos, por su condición de mujer.
El Eco es pues una entrañable visión infantil de un mundo de arduo trabajo, con pocas oportunidades para las mujeres, que, también fue premiado en Berlín
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
