¿Dónde quedó la grandeza del PRI Hidalgo?

La fortaleza del tricolor radica en su base militante, arraigada en las células municipales; es en su seno donde el trabajo hormiga de convencimiento y el orgullo priista toman forma.

Estatutariamente el PRI tiene comités municipales con una estructura similar a la estatal: presidencia y secretaría general como dirigencia, son cargos fundamentales en municipios sin alcalde priista ni actores en cargos destacados, pues toman el papel de base angular; mientras en localidades con ayuntamientos de filiación política similar o actores destacados, se vuelven el centro de las decisiones consensuadas.

Siempre se ha dicho que son las dirigencias municipales las del trabajo pesado para recabar el voto, lógicamente sus depositarios deben ser cuadros aptos para ser la cara priista en el municipio.

De acuerdo con los estatutos, la vigencia de comités municipales del PRI es de tres años; lo caótico en Hidalgo es que 55 municipios tienen periodo vencido y en algunos casos funcionan desde 2014. Se infiere que existe un desgaste natural de actores, así como una fila con válidas aspiraciones. Es como decir que un presidente municipal lleva más de un año extra en funciones.

Se ha justificado la prórroga con los procesos electorales que se han atravesado, aunque basta recordar que Ricardo Crespo sí renovó en un periodo de medio año con tomas de protesta con acceso a la prensa y un procedimiento electivo del que se daba cuenta en diversos medios.

El 22 de marzo, el PRI Hidalgo arrancó formalmente el proceso de renovación de comités y consejos políticos municipales, es decir, hasta pasados 9 meses de anunciados los trabajos se ha oficializado que la renovación inicia con comités y será precedida por consejos políticos municipales.

Después del caótico escenario político electoral, consecuencia de los comicios de 2016, el PRI Hidalgo fue enfático: nos quedamos porque tenemos trabajo, debemos renovar comités y consejos políticos municipales, seccionales y consejo político estatal; no temblaremos al dar nombres y cerrar puertas a aquellos desertores del Revolucionario Institucional.

Se dio la elección extraordinaria de Omitlán, que justificó la nueva prorrogación; de modo peculiar la mayoría de personal de El Invencible fue trasladada a dicho municipio, lo que nadie les dijo fue qué tenían que hacer. Enviaron a todos los delegados políticos que pudieron para que finalmente la operación y estrategia la trabajaran y ejecutaran personajes externos.

Conforme corrían los meses, aseguraban seguir enfocados en las renovaciones, sin que nada pasara, y al cuestionamiento sostuvieron que ahora era el CEN del PRI el que les impedía iniciar el proceso, pero reiteraban que estaban perfeccionando la tarea.

Bien reza eso de que el diablo está en los detalles, y el PRI Hidalgo tiene un gran diablo e infinitos detalles que salen a la luz en cada declaración y trabajo público.

Finalmente fue publicada la convocatoria a la sesión de consejos políticos municipales para aprobar algunas características de los trabajos de renovación, y con ella la primera amonestación, pues diversos personajes hicieron hincapié en el hecho de “lo escondido de la publicación”.

Al respecto, la periodista Rosa Gabriela Porter obtuvo la declaración de un delegado político: “Esto fue planeado para blindar trabajos que obstaculizan a nuestro partido; no podemos hacerlo de manera amplia afuera, porque pueden proponerse delegados políticos de oposición y eso no lo podemos permitir. El Consejo Político será el único que hará trabajos para proponer a nuevas personas”.

O sea que, en el sentir del delegado, la magnanimidad de El Invencible se ha pulverizado, el partido más fuerte de Hidalgo ahora debe esconderse por temor a un virtual daño generado por opositores. Recordemos que en la época dorada el miedo radicaba en la oposición de los priistas (que apenas alcanzaban a observar a lo lejos el esplendor tricolor).

Esto evidencia, además, un desconocimiento total de la estructura priista, o de qué otro modo se explicaría la posibilidad de registro de un “delegado de oposición”, si existe el entendido de conocimiento pleno del delegado político de partido sobre el municipio, y que además se puede apoyar en figuras locales (esta es base obligada en el trabajo de acción electoral).

Ahora, los consejos políticos municipales se conforman de las fuerzas más significativas del instituto para darle vida al órgano colegiado que tomará las decisiones de la vida partidaria, es decir, sus integrantes deben poseer un alto grado de fiabilidad al interior.

El problema es que los consejos políticos municipales han vencido su periodo de vigencia, por si fuera poco, la mayor dificultad radica en que dichos órganos colegiados aún resguardan actores políticos que durante la elección pasada trabajaron para otros institutos, dicho coloquialmente: a todos los “traidores y chaqueteros”.

Entonces, si el consejo encargado de decidir quiénes serán los nuevos dirigentes está lleno de malsanas intenciones e intereses contrarios al Revolucionario Institucional, ¿cuál es la garantía de fiabilidad y certeza en dichos procedimientos?

La falta de depuración tan cantada a mediados del año anterior, en combinación con la ausencia de políticos destacados, cabezas de grupo, senadores, diputados federales y locales, es una bomba de descontento que pone a contraluz la caótica disminución de priistas.

Una clase política y consejos políticos reducidos son, de antemano, un inconveniente agravado por el envío de personajes con desconocimiento de las formas políticas municipales y de la estructura que hicieron a un lado, pues la falta de tacto político o el desconocimiento del tema hicieron que muchas invitaciones nunca llegaran.

Tanta molestia causó la omisión de detalles que no se hizo esperar la circulación de fotos y panfletos que mostraban el raquítico quórum que estatutariamente no permitiría la validez de la sesión, pero que sin duda estará debidamente requisitado, y sin contar la controversia sobre la veracidad de los consejeros políticos porque muchos se atrevieron a insinuar que eran relleno.

Lamentablemente, el pésimo desarrollo de trabajos se lleva entre las patas a José Gonzalo Badillo, que jamás había visto su trabajo disminuido de esta forma y de quien, estamos seguros, no penden estas decisiones.

Qué lejos ha quedado el recuerdo de Jorge Rojo encabezando trabajos con tamaña estatura para sortear cualquier planteamiento, dando la cara y hasta poniendo en la mesa su renuncia por dignidad y congruencia; Geraldina García evitando un elevador que encuentra antidemocrático; la implacable presencia de Carolina Viggiano para dirimir conflictos sin temor y con mano firme. Alguna vez el PRI Hidalgo surgió con bríos imparables comandado por el ahora gobernador Omar Fayad, que enfrentó sin empacho a panistas y perredistas.

Actualmente el tricolor blinda eventos, no dirime controversias, hace a un lado a su clase política para rellenar espacios, no depura ni cicatriza, ni suma ni quita, y se esconde al interior del edificio de Colosio aferrándose a su permanencia.

¿Quién va a elegir las dirigencias municipales, qué militancia las valida?

¿Qué hicieron durante 9 meses?

DE LA ANTESALA DE EL INVENCIBLE

La renovación de la dirigencia estatal del tricolor ha sido pospuesta en diversas ocasiones. Múltiples rumores y lecturas versan al respecto. Aunque a fechas recientes volvió a surgir el tema con dos posibles nombres: Víctor Velasco y Juan de Dios Pontigo.

Al tema debemos decir a usted, querido lector, que la intención de su servidor, Don Julio, no radica en afectaciones, remuneraciones o compromisos personales, sino en la necesidad de dar cabida a la voz hidalguense, pues el tema es de interés público.

Por eso estamos obligados a mencionar que el arribo de algún personaje de dudosa reputación o señalado por turbios manejos de finanzas públicas podría causar un daño irreversible al PRI, que terminaría afectando más de una esfera pública. Retomemos que uno de los factores que dejaron al PRI en tan deplorable estado fue la malversación que se reflejó en las mayores multas del estado y recorte de apoyos.

La actual fragilidad del PRI no resistiría una copia al carbón de Duarte en la dirigencia estatal, pero sobre todo se ve muy lejano que el gobernador lo apoye o permita, ya que se ha comprometido a dar titánica batalla contra delincuentes de cuello blanco.


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