Los divorcios suelen ser estrepitosos y, los del ámbito político, una verdadera tragedia sin parangones frente a una ruptura amorosa.
Los problemas en el paraíso entre Benjamín Rico y Sergio Baños son, en realidad, el cobro de rencillas de la gran familia revolucionaria hidalguense, que en el cambio de las liturgias políticas y la degradación del bastión priista han tocado fondo en el reacomodo de sus fuerzas y los apetitos e intereses particulares que siempre predominaron es ese infame maquillaje político, donde se evocaba los principios revolucionarios y la ideología de partido.
El pastelazo de los 96 años de vida tricolor no podía tener un colofón mejor y, para no ser menos, como una muestra de unión -perdón por la ironía o realidad descarnada mis únicos y queridos lectores- el ex de Sergio Baños, Benjamín Rico, que fuera compañero de fórmula a la presidencia municipal de Pachuca, ahora aparece en los reflectores mediáticos para señalar que el matrimonio se acabó.
Las acusaciones de Benjamín Rico sobre malversación pública que habría cometido Sergio Baños -amén de que puedan ser verídicas- son, en realidad, un despropósito político donde exhibir al amor perdido como la paloma veleidosa que voló del nido es una parafernalia para crear, en el caso de Rico Moreno, un halo o aureola de “honestidad crítica”, cuestión que no estuvo presente cuando el matrimonio entre él y Sergio Baños era miel sobre hojuelas.
Pocos reflectores le quedan a Benjamín Rico en el PRI, donde los onomásticos o aniversarios de vida como el festejo de sus 96 añitos asemejan liturgias luctuosas sin mayor esplendor como cuando el partido tricolor llenaba grandes arenas y espacios públicos con y sin acarreados, en esos años mozos que quedaron atrás y pronto en el olvido.
Quitando el velo a las críticas encarnizadas de Benjamín Rico contra Sergio Baños. Rico Moreno no ha encausado ni empujado investigaciones serias en esta denuncia contra el exalcalde de la metrópoli capital Pachuca y, mucho menos, devela con autocrítica que fue su partido quien nominó a Baños Rubio a la candidatura por la presidencia municipal. Estas condiciones de las que, en su momento, Rico Moreno apoyó con el estandarte y los colores del partido de Don Plutarco quedaron registradas a título de sin mayores escrúpulos o miramiento alguno.
Para el análisis crítico aquí existe una doble ruptura política y amorosa.
Se trata, mis únicos y queridos lectores, de un episodio de arenga política donde Rico Moreno busca reflectores. Empero, si se tratara de un acto serio, habría concurrido a las instancias legales e, inclusive, hecho una “huelga de hambre frente a Derechos Humanos” para demandar justicia contra Sergio Baños -perdón, quizá me excedí con lo de la huelga de hambre-, y hacer que todo el peso de la ley sea una realidad, gritando a los cuatro vientos de Pachuca ¡Estafa Siniestra!
La doble ruptura política y amorosa entre Benjamín Rico y Sergio Baños obedece a que Rico Moreno aspiró y suspiró por la alcaldía de Pachuca, pero jamás la tuvo en sus manos y, en un acto de la quiero, pero no la necesito, dejó su lugar como regidor haciéndole un “fuchi” al cabildo que hoy, con fuerza y entereza política y ciudadana, preside Jorge Reyes Hernández. En esta dirección, el enfado que le provocó a Rico Moreno el divorcio con Baños Rubio, subió de tono cuando, en un llamado de la amistad -me dan ganas de llorar-, el exgobernador Omar Fayad invitó a Baños Rubio a formar parte del club de Tobi en el Grupo Plural Independiente, mientras Benjamín Rico gritaba ¡traidor! como también lo hizo el exgobernador Francisco Olvera Ruiz.
Como parece que nadie se salva de este zafarrancho, Benjamín Rico también señala al expriista Julio Valera de haber orquestado la candidatura de Baños Rubio a la presidencia municipal; no lo hace con Carolina Viggiano, porque su memoria o es laxa o los tiempos no son idóneos para ello.
Esta es la triste historia de un divorcio político y amoroso al estilo de Romeo y Julieta, donde Julieta quedó vivita y coleando como lo está Sergio Baños.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.