Ahora la bancada de morenistas locales hizo entripado porque a los priistas se les ocurrió proponer que del presupuesto destinado al Congreso Local se tome un poco para donar a los damnificados de Tlahuelilpan… los morenistas dijeron altivamente que no.
Corina Martínez fue la encargada de tomar la palabra, enojada y casi al borde del ataque, la priista de cabellera dijo que no había razón para entregar dinero a la problemática de Tlahuelilpan, la última vez que defendió así un tema fue el de su mafiosa familia implicada en hechos de corrupción y desfalcos.
Seguramente para la priista de cabellera el dinero puede pasar a las arcas familiares con toda naturalidad, pero jamás a una población vulnerable; además, alguien podría contestar con claridad si la religiosa conoce al menos la población de comunidades de Tlahuelilpan y la región o sólo habla por hablar de “las bonitas artesanías y el pulque”.
Pues dicen que a la diputada de Morena nada le incomoda el gasto en alcoholes y comiditas, además de gastar buena parte de su dinero en “arte”, eso sí, bien posicionada de una conocida familia pachuqueña de notarios y funcionarios públicos que como ella han vivido siempre del erario público haciendo circo de “intelectuales”, lo cierto es que entre los círculos de artistas de la entidad se habla pestes de su manejo de dinero, igual que el resto de su familia.
Corina Martínez defendió estoicamente el caso de su familiar encerrado por desfalcos a Radio y Televisión, e hizo la vista gorda con sus otros “compadres” de Ciudad de las Mujeres, pues dicen que ella misma fue beneficiada por dichos actos, pero eso sí, que no le toquen el presupuesto a la hambreada diputada local.