Derechos Humanos, ¿gobernabilidad o soberanía?

Tlatelolco, Acteal y Ayotzinapa son pruebas empíricas de que la estructura política que heredó el antiguo régimen al gobierno de Sheinbaum Pardo tiene raíces de violaciones flagrantes y de lesa humanidad de los derechos humanos en México.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

Uno de los temas más sensibles a nivel internacional es la validación y custodia de los derechos humanos, que ponen de manifiesto la necesidad para los gobiernos de crear mayores instrumentos en su protección.

En este escenario, es menester reconocer que el Plan Estatal de Desarrollo del gobierno de alternancia de Julio Menchaca ha concitado de manera transversal el predominio de los derechos humanos y, en correlación a las observaciones efectuadas por la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo, ha iniciado un proyecto de edificación de un centro penitenciario que dejará atrás la problemática de hacinamiento de reclusos desde una visión integral de readaptación social.

Human Rights Watch (HRW), organismo internacional de investigación y custodia de Derechos Humanos a nivel internacional, ha denunciado que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha heredado” del gobierno de López Obrador un déficit en la materia que debe subsanar. Esta apreciación es cierta, pero fuera de contexto. No admite la herencia maldita” de los gobiernos del antiguo régimen, donde actos como Tlatelolco 1968, Acteal y, como herida reciente, la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, son pruebas empíricas de que la estructura política que heredó el antiguo régimen al gobierno de Sheinbaum Pardo, tiene raíces de violaciones flagrantes y de lesa humanidad de los derechos humanos en México.

La postura de la presidenta Sheinbaum Pardo sobre el pronunciamiento de HRW, atiende a dos vectores de un Modelo de Inclusión Gubernamental de Derechos Humanos:

I. Gobernabilidad

No puede existir custodia de los derechos humanos en una administración donde la gobernabilidad (respuesta necesaria y expedita de las tareas públicas) no sea una prioridad de Estado. El énfasis en la concreción de la tarea pública a nivel nacional marca el epicentro de la gobernabilidad en México, condición que en Hidalgo fue asumida desde el primer minuto de la administración de Julio Menchaca, trazando el Modelo de Proximidad Ciudadana que dio marco a las Rutas de la Transformación.

II. Soberanía

La soberanía de la nación es la vanguardia del gobierno de Claudia Sheinbaum. La discusión y retórica gubernamental de la soberanía transita por múltiples dimensiones, no sólo de ejercicio en apego a normas y preceptos del derecho internacional, sino a una férrea postura política de hacer valer el derecho inalienable del pueblo de México, sobre su voluntad en el ejercicio de gobierno. En torno a la soberanía de la nación, la presidenta Sheinbaum Pardo no transige ni un milímetro; cuestión que ha quedado clara para organismos internacionales en la Cumbre de Brasil, así como en las respuestas a las bravatas del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Sin que ello implique renunciar, tampoco, a la transversalidad de los derechos humanos en su gobierno, que en la reivindicación a los pueblos originarios ha dado una altura de gobernabilidad y soberanía.

Históricamente, la ONU ha sido un organismo manipulado para poner una espina en los gobiernos que no se someten a los intereses colonialistas y neocolonialistas de los imperios y superpotencias como Estados Unidos; con esto, presionan para tratar de manipular y obstruir la gobernabilidad y soberanía de países pobres o con menores potencialidades de beligerancia que las grandes potencias hacen efectiva desde su biopoder y sus áreas como zonas de influencia, utilizando a gobiernos títere como el de Volodimir Zelenski, Nayib Bukele o el de Javier Milei.

Ese México de la doctrina juarista y de la doctrina Estrada no dará un paso atrás en el gobierno de Claudia Sheinbaum en la protección de su gobernabilidad y soberanía y comenzará a desterrar la herencia maldita” de ese oscuro pasado que enlutó a la nación con violaciones a los derechos humanos desde los gobiernos del antiguo régimen que ensangrentaron el suelo patrio, lo mismo en Tlatelolco 1968, que en el crimen de Estado de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.