Nada tan siniestro como pensar en la conquista española sobre lo que hoy es América Latina; en sus historias se cierne no solo la brutalidad del sometimiento bélico, sino también de las múltiples e indecibles humillaciones que vivieron y viven los pueblos originarios desde la Colonia y más allá de la emancipación independentista hasta nuestros días.
Pero cuando la estupidez se viste de ignorancia, ya no hay más que hablar y la razón pasa a segundo término. En estos días aciagos, tanto el expresidente del gobierno español, José María Aznar, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han vertido comentarios de tal idiotez que los tres chiflados parecen niños de pecho o párvulos orates.
José María Aznar ha intentado ridiculizar a López Obrador tras haber solicitado las disculpas por parte del gobierno español en torno a las implicaciones que tuvieron sobre los indígenas los excesos de la conquista y el coloniaje en lo que hoy es México. Aznar ha cuestionado, a modo de burla, si López Obrador “se llama Andrés por parte azteca y Manuel por parte maya”, argumento tan estúpido como contar un chiste de gallegos y que a uno se le olvide el chiste.
Lo que José María Aznar no admite por su ignorancia y estupidez, es que si alguien se llama en América Latina Andrés Manuel, Carlos Patricio, Gerardo Eugenio, Pedro José, etcétera, es por el imperialismo cultural que los conquistadores españoles impusieron a sangre y fuego, por ello no tenemos nombres aztecas, mayas, incas, mapuches.
Por su parte, Isabel Díaz Ayuso ha hecho una comparación de los reclamos indigenistas como una reivindicación comunista y de revolución populista, alegando el valor del legado español sobre las culturas indígenas y su mestizaje.
En ambos casos, de Aznar y Díaz, la estupidez está investida de odio, racismo y eurocentrismo, porque admiten tácitamente que, sin el coloniaje español, los indígenas no habrían sobrevivido; pendejada del tamaño del mundo que empíricamente es refutable, ya que hasta nuestros días, en la más espantosa segregación, marginación y olvido, los pueblos indígenas en América Latina siguen existiendo, pese a ser extranjeros en sus propias tierras, porque a sangre y fuego se les ha tratado y enclaustrado.
Pero qué se puede esperar de don José María Aznar y de doña Isabel Díaz Ayuso, si son reminiscencias alegóricas del franquismo y la falange española, proclives al nazismo y fascismo; hablar con ellos es como pedirle a un idiota que no sabe que es idiota, porque es idiota, que deje de serlo.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.