A quienes se les ha visto muy platicadores antes de las comparecencias es a Ricardo Baptista González y María Luisa Pérez Perusquía.
Susana Ángeles y Lucero Ambrocio llegaron tarde a la comparecencia de Raúl Arroyo, parece que las legisladoras que más protestan poco se apegan al cumplimiento cabal de sus funciones.
Rosalba Calva, al dar lectura a los comunicados oficiales, mencionó un problema limítrofe por parte de Selene López Martínez, síndico de Chilcuautla, pero no logró pronunciar con soltura el nombre del municipio. ¿Conocerá los 84 municipios o por lo menos el distrito que representa? Además, en plenas comparecencias se le ve muy apurada pasando en limpio las preguntas que emitirá. Un poco de tiempo extra a su trabajo como legisladora no sería mucho pedir.
Corina Martínez García propuso la iniciativa para reformar la Ley de los Derechos Humanos, para que el presidente y visitadores de la comisión cuenten con experiencia profesional y/o prestigio en trabajo de derechos humanos de mínimo 5 años, no haber violado o sido objeto de recomendaciones por alguna comisión de derechos humanos o resolución dictada o en proceso, así como la incompatibilidad con cualquier otro cargo y en organismos privados, es decir, que los actuales titulares no son los deseados para la bancada morenista o por lo menos para legisladora, por lo que, parece, calificó como falta de perfil adecuado.
Lucero Ambrocio Cruz envío un saludo al presidente electo, aunque dicho saludo recuerda un poco al viejo sistema presidencialista del PRI en décadas de los 60 y 70, cuando no se hacían esperar múltiples elogios al jefe del sistema hegemónico.
Los que se la pasan pegados al celular son Corina Martínez, Mayka Ortega, Miguel Peña, José Luis Muñoz, Roxana Montealegre y Doralicia Martínez, tal vez los temas que se tratan son poco relevantes -o comprensibles- para ellos.
Ricardo Baptista González se ha caracterizado por el uso de un lenguaje “rebelde” de los años sesenta, parece que es de los que van con la cuarta transformación de Manuel Bartlett Díaz, el dinosaurio priista que se enojó por no ser candidato a la Presidencia en 1988 y fundó Morena.
Jorge Mayorga Olvera quedó muy mal al asegurar que se encuentra entre la población que no denuncia por pensar, ¿para que? Cuando quedó por sentado que tanto la corrupción como la impunidad se nutren de la falta de denuncia. Tal vez también debería renunciar a su curul, pues los diputados tienen tan mala fama que, ¿para qué está ahí?
A Crisóforo Rodríguez Villegas del PES le urgen asesores que no sólo figuren en nómina, pues cada que puede expone su carrera política y lo mucho que ha hecho por la región de la sierra, poniéndose a las órdenes de cuando secretario desfila sin trabajo concreto en la Legislatura.
Quienes no desaprovechan descuido para leer las notas de los legisladores morenistas que se sientan a su lado son Mayka Ortega y María Luisa Pérez, tal vez en los reportes de inteligencia el secretario de Seguridad olvidó mencionar a las diputadas.
Humberto Veras Godoy es el morenista que cada que sube a tribuna expone algún tema trascendental, esta vez dijo que las listas de proveedores pueden caer en altos niveles de corrupción por empresas fantasmas, por lo que pidió verificar datos de todas y cada una de las empresas contratistas, así como la actualización por parte de la Secretaría de Contraloría.
Víctor Osmind Guerrero Trejo ha sido el peor presidente en comisiones, pues ocupa el tiempo designado al cierre del ejercicio para emitir una postura donde hace énfasis en sus posicionamientos vertidos en dichas sesiones. ¿Ignorancia o abuso?