Aquellos días de la crisis de los misiles, donde los barcos soviéticos retornaron y el mundo estuvo en vilo durante horas de incertidumbre, parecían el augurio de años amargos para la Revolución cubana, la cual había girado de una revolución humanista a una revolución socialista.
Por décadas la figura de Fidel Castro fue el epicentro en América Latina de la Guerra Fría, en donde los dos paradigmas políticos (capitalismo y socialismo) se disputaban la hegemonía política en un planeta que no manifestaba un rumbo claro ni cierto, sino constantes pugnas de las superpotencias por asegurar su supremacía.
Cuba era entonces un espectro político observado por detractores y seguidores; una diminuta isla se había convertido en el triunfo revolucionario de la izquierda y el dolor de cabeza de la derecha en América, lo que de inmediato creó tensiones entre Washington y Moscú, dando paso al bloqueo económico, político y cultural de la isla.
Los años han pasado y lo mismo desde el arribo del Papa Juan Pablo II, hasta la muerte de Fidel, las lógicas de la Revolución no han admitido grandes modificaciones; sin embargo, el modelo cubano ha logrado subsistir más allá de lo que la lógica de un país aislado pudiera soportar, por lo que sus logros, por todos sabidos en América Latina, como salud, educación y cultura, hoy se debaten frente a las manifestaciones que exigen una reestructuración del modelo.
En el ojo del huracán están las violaciones a derechos humanos que ha advertido la secretaria de la ONU, Michel Bachelet, debido a las detenciones de manifestantes y ha exigido su inmediata liberación, cuestión que ya despertó el repudio de los opositores al régimen de la isla.
Pese a que la presión de la oposición mundial habla de una crisis política del gobierno cubano y que ha llegado el momento de “libertad” en la isla, lo cierto es que la mayor parte de los cubanos sigue apoyando el modelo socialista, por lo que nada está dicho y habremos de presenciar un reacomodo de fuerzas en las siguientes semanas.
Todo indica que los días del socialismo en Cuba no han terminado, por lo que habrá que prospectar nuevas tendencias de reestructuración de su modelo político, pero difícilmente su caída.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
