El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dicho que cerca de cien países están desesperados y las solicitudes de ayuda se multiplican. Luego de la expansión mundial del coronavirus, muchas naciones han solicitado asistencia de emergencia del FMI y hasta la fecha, según la banca de desarrollo, los montos desembolsados han alcanzado ya los 2.5 mil millones de dólares, mientras se siguen evaluando más solicitudes.
La directora gerente del FMI, Kristina Georgieva, planteó un escenario desastroso en Washington: ha dicho que los mercados emergentes y los países de bajos ingresos de África, América Latina y gran parte de Asia enfrentan altos riesgos, por lo que si hace tres meses esperaban un crecimiento en sus ingresos per cápita, hoy pronostica que más de 170 países experimenten la disminución en sus ingresos, provocando el peor colapso económico desde la Gran Depresión de 1920.
Por si fuera poco, la ONG con sede en Londres, OXFAN, ha presentado un informe titulado “El precio de la dignidad”, que no oculta el temor por el aumento de la pobreza en el mundo, y asegura que más de 500 millones de personas podrían caer en la pobreza a raíz del Covid-19, por lo cual insta a los líderes mundiales a implementar planes de apoyo ahora, especialmente en los países más frágiles.
Asimismo, afirma que esto significará una disminución global de diez años en la lucha contra la pobreza en el mundo, pero de 30 años en ciertas regiones de África Subsahariana, el Medio Oriente o África del Norte. Esto se traduce en que más de la mitad de la población mundial estará por debajo de la línea de pobreza.
Aunque casi todos los gobiernos están haciendo un esfuerzo por evitar que las micro y pequeñas empresas colapsen y para ello aportan recursos, la ONG con sede en Londres plantea que la asistencia financiera a personas y empresas muy pequeñas también es fundamental. OXFAM se ha adelantado a la reunión de ministros de finanzas del FMI, Banco Mundial y del Grupo de los 20 (G20) programada para abril próximo, al igual que lo ha hecho el FMI y la Organización Mundial del Comercio (OMC), que ha pronosticado lo que todos sabemos: un colapso del comercio internacional y la pérdida de millones de puestos de trabajo, todo lo cual pondrá a prueba los sistemas de seguridad social.
Pese a las críticas a las medidas adoptadas por el presidente de México, éstas parecen estar a tono con lo que la ONG propone, pues asegura que una de las opciones para evitar el empobrecimiento y el quiebre de los sistemas de seguridad social es que los gobiernos otorguen ayuda financiera directa a los más afectados y apoyos prioritarios a las pequeñas empresas; además, aboga por la cancelación, al menos este año, de los pagos a la deuda de los países más pobres y crear impuestos de solidaridad de emergencia, y gravar las ganancias extraordinarias, las mayores fortunas, los productos y actividades financieras especulativas que tienen un impacto negativo en el medio ambiente.
Si bien las medidas adoptadas por el gobierno en México se ajustan a lo que propone OXFAN dada la contracción de la demanda mundial de manufacturas, hubiera sido pertinente que se otorgaran créditos blandos para la población pobre de las zonas urbanas y rurales, a fin de que pudieran comprar bienes duraderos, además de materiales de construcción para mejorar sus viviendas, con lo cual las empresas nacionales hubieran tenido la posibilidad de vender internamente lo que no podrán hacer en los mercados internacionales. De este modo se podría mantener el nivel de empleo y de ingresos de empresas y hogares.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.