Construir democracia para liberar al pueblo

Uno de los vectores que deben asumir en esta transición que vive el Poder Legislativo y la renovación de los cabildos en Hidalgo es el ascenso de la participación ciudadana para construir una democracia horizontal, donde la voz del pueblo como distingo de la democracia participativa se haga realidad.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

Se viven momentos de apremio político donde el quebranto pretende imponerse al nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum, frente a una campaña orquestada por la élite económica en un abierto contubernio con Estados Unidos y Canadá, países que ya se pronunciaron -con el descaro de una amenaza internacional- en apoyo a la reacción de la oposición que ha hecho de la batalla por el Poder Judicial, un conflicto de injerencia internacional en la soberanía de México. Es el impasse preciso para plantear un nuevo paradigma político en la construcción de la democracia para liberar al pueblo.

El ascenso del gobierno de alternancia de Julio Menchaca concitó esa premisa política: se estaba construyendo una nueva democracia para Hidalgo como sabia respuesta de la reestructuración del sistema político de la Cuarta Transformación de la nación.

En los hechos, los elementos públicos que emprendió Santiago Nieto Castillo, el gendarme custodio del gobierno de Julio Menchaca, operaron en la instrumentación de nuevos elementos para construir la democracia: la moralización y la ética pública (vectores presentes en la literatura política en México, pero en la praxis política, desconocidos e inconexos con la clase política que había conducido al país durante más de 70 años y en Hidalgo, por nueve décadas).

Precisamente, la presencia de Santiago Nieto actuó como fuente del primer gran interlocutor democrático con el pueblo de Hidalgo y, en los hechos, hizo válida la arenga política ¡Primero el pueblo! Entonces la procuración de la justicia se convertía en moralización y ética pública, no sólo de jure, sino también de facto.

La dualidad y acompañamiento que se conjugaron entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial en esos momentos en la estructura del gobierno de alternancia de Morena, aleccionó que construir democracia implicaba darle certeza al poder público que emana de la voluntad del pueblo.

En este trazo, la tarea de construir la democracia se ha presentado cuesta arriba para el gobierno de Julio Menchaca, que ya no cuenta con la presencia de Santiago Nieto. Esta cuestión explica que el poder político no es en abstracto, sino de carne y hueso. La figura de hombres idóneos en puestos idóneos, hace que se fortalezcan los instrumentos de interlocución de la voluntad del pueblo y permiten interpretar, en su justa dimensión, la prospectiva de construcción de la democracia y el 2º Informe de Gobierno es un escenario inmejorable para ello.

Sin duda, uno de los vectores que deben asumir en esta transición que vive el Poder Legislativo y la renovación de los cabildos en Hidalgo es el ascenso de la participación ciudadana para construir una democracia horizontal, donde la voz del pueblo como distingo de la democracia participativa se haga realidad. Ello impele que surjan nuevos mecanismos e instrumentos de empoderamiento ciudadano en la democracia.

Enfocar la atención política de las estructuras del gobierno de Julio Menchaca hacia una vertiente de construcción de democracia, es el preámbulo de la creación de una fuerza política inédita en Hidalgo, condición que debe surgir en la agenda tripartita que ha señalado Marco Rico que ya presenta el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el partido guinda.

Trazar la construcción de la democracia es una tarea de reingeniería política en la interlocución participativa del pueblo en su soberanía con sus representantes. Dar el salto cualitativo a la construcción de una democracia participativa debe extenderse e intensificarse en la ideología política de Morena como una tarea sustantiva del poder.

Por décadas, la sociedad civil en México ha querido ser partícipe de la construcción de la democracia y, en la impotencia, se ha topado con una casta política odiosa que, de manera ignorante, considera que la democracia la hacen (como piensa Morlino) los partidos políticos y la clase política; cuando, no existe estructura de poder democrático que no tenga rostro de pueblo, ese mismo de la gente de a pie que el proyecto del gobierno de alternancia de Julio Menchaca señala en la arenga sentida: ¡Primero el pueblo!

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.