Redacción
La tensión crece entre Estados Unidos y Corea del Norte, ya que el primero ha encontrado apoyo en sus aliados: Corea del Sur y Japón, que han advertido la “enérgica respuesta” a la que se enfrentaría en caso de cumplir su amenaza de lanzar un misil hacia la isla de Guam, propiedad estadounidense.
Este mañana, el ministro de Defensa japonés, Itsunori Onodera, dijo que sería legal que Japón interceptase un misil dirigido a Guam.
Ante la advertencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de responder con «fuego y furia», Corea del Norte reveló un plan detallado para disparar cuatro misiles balísticos de rango intermedio Hwasong-12 contra Guam para mediados de agosto.
Los proyectiles volarían sobre el suroeste de Japón y alcanzarían un territorio hasta 30 kilómetros cerca de Guam, un importante centro estratégico para el ejército estadounidense, que tiene bases aéreas y navales, así como lanzaderas de defensa antimisiles en la isla.
Luego de las declaraciones de Donald Trump, quien aseguró que Corea del Norte conocería “el fuego y la furia”, el secretario de Estado Rex Tillerson intentó calmar las reacciones al decir que «los estadounidenses deberían dormir bien por la noche». Más tarde, el secretario de Defensa, James Mattis, advirtió a Corea del Norte en una declaración que perdería cualquier conflicto que inicie.