Aunque usted no lo crea, Cipriano Chárrez aspira a la gubernatura del estado. Así como lo leen: a pesar de los hechos de la madrugada del 6 de este mes, en que los videos muestran que el diputado federal por el distrito de IXMIQUILPAN tuvo que ver en un accidente que provocó la muerte por calcinación de un joven, padre de familia de una niña, y que según la Procuraduría habría elementos para afirmar que el legislador manejaba la camioneta responsable, y pese al repudio popular, el señor califica estos juicios como difamaciones, pues niega todo, elude su responsabilidad, acusa al gobernador de toda esta ola de opinión contra su proceder y con el apoyo de los diputíteres de Gerardo Sosa y las porras de SUS organizaciones insiste en su figura de benefactor de los hidalguenses y amenaza con acciones para paralizar todo el estado si no le dan el dinero que dice tener gestionado; pero además, remata con supuestos pronunciamientos de ciudadanos que en plena fiesta Charrezca lo destapan para que sea gobernador del estado.
De este lodazal salta el primer corredor por la gubernatura de Hidalgo a cuatro años del relevo y todo indica que, por causas lógicas, queda fuera de esta lucha, pues el señor Chárrez, como ya es una vieja costumbre, le tira a algo grande en espera de que, en este caso Morena, negocie con él para que no haga ruido y en ese escenario tener cosecha, casi siempre de dinero, para apaciguar su lucha, con todo lo que significa ser siempre (de acuerdo a su visión de las cosas) el Señor del Mezquital y gran faraón de los hñahñus, aunque para una gran mayoría después del tropezón no es más que un delincuente que huye ante una vida que, literalmente, se consume en el fuego. Mañosamente, y con un arreglo que lastimó a muchas familias, buscó remediar lo que provocó, que en lo moral y ético no tiene arreglo alguno.
El señor Chárrez puede hacer negocio con el tema de la gubernatura, pero su agenda personal, sobre todo el Charrezaso del día 6, lo descalifica para esa posibilidad; sin embargo, le da tema para buscar ganancia, sobre todo por lo que significa de manifestaciones agresivas y puño golpeador para quienes quieran negociar con él, sean garzas, morenos, tricolores y quien lo quiera contratar.
Otra cosa será esperar el camino de la ley en el caso del joven calcinado que muchos esperan se investigue correctamente y se haga justicia en favor de la verdad y no del político que huye no sólo del lugar del accidente, sino principalmente de su responsabilidad.
Quien parece que más pierde con el Charrezaso es Morena, que agandallado por Sosa dio una demostración lamentable de compromiso con la ciudadanía y prefirió cobijar al legislador, lo que quiera o no tendrá un costo a pagar en las próximas elecciones, en donde este partido no tendrá del todo la sombra de López Obrador, que con toda seguridad empezará a pagar lo que no pueda cumplir del amplio catálogo de promesas hechas.
Y aunque no faltan sus escribidores a modo que quieren ver en la Presidencia del Congreso lograda por Ricardo Baptista un gran triunfo de Morena y una gran derrota del PRI, lo que se evidencia es la incapacidad de este partido, que no supo hacer de la buena política y su mayoría un camino de arreglo con el PRI, que siendo minoría los tuvo contra las cuerdas y todo se arregló hasta que intervino el gobernador Omar Fayad, a invitación de los diputados, claro, para poner orden con una apreciación lógica que se puede resumir en la frase: “Si son mayoría… les corresponde la Presidencia”, como fue al final.
Sin embargo, el caso permitió dejar claro que Gerardo Sosa no tiene el poder total del Congreso con sus titinos y confirma esta apreciación: la guillotina cayó en el cuello de VERAS GODOY, que quedó listo para la fiesta de Todos Santos, porque significa su defunción política y está en calidad de tener ofrenda para las fiestas del mes de noviembre y hacer mejor papel en el Xantolo.
Pero el golpe más fuerte se lo lleva el Grupo Universidad, pues con la caída de Veras Godoy y la llegada de Baptista, Gerardo Sosa pierde el control del Congreso, porque aunque Veras y Baptista son del GU, es notorio que “no es lo mismo que lo mesmo” y que Baptista, aunque dependa de Morena y de la tribu garza, da muestras de no ser un fanático de esas alas y que prefiere sus propios medios para volar. Por cierto, eso de que nadie defendió la construcción del aeropuerto en Tizayuca lo muestra con una amnesia preocupante, pues tapa el sol con un dedo al ignorar todo el trabajo que tiene el lenguaje de los hechos de los exgobernadores Murillo Karam, Núñez Soto y Miguel Ángel Osorio. La búsqueda de cosecha partidista lleva a las acciones que confirman lo que dice el refrán: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
La historia del aeropuerto en Tizayuca muestra a presidentes de la República como Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que vieron bien el proyecto pero al final lo ignoraron. El presidente electo, López Obrador, en más de una ocasión dijo que Tizayuca era el mejor lugar para la terminal aérea, pero ahora impulsa una -por lo menos rara- consulta para el NAICM, en que al parecer busca legitimar SU decisión sobre el caso en la “experta”, “conocedora” e “informada” voz popular.
Desde luego, al igual que los otros presidentes, AMLO dijo que Tizayuca era el mejor lugar, pero en los hechos se olvidó de Hidalgo. De lengua me como un plato.