A medida que la república amorosa se inmiscuye en el destino del país, las cosas se ponen negras ante la serie de anomalías que se ventilan a la luz pública, pues la Comisión Federal de Electricidad (CFE) será auditadaen tiempo y espacio de varias administraciones a causa de que se encuentra en bancarrota.
Desde la llegada de Manuel Bartlett a su dirección, los vertiginosos vientos de cambio han señalado que históricamente existieron malos manejos en la compañía de la que se favorecían entes privados, nada nuevo en el sector público, pero ahora amenaza con poner el dedo en la llaga para señalar con pelos a quienes estarían involucrados en los desfalcos de la paraestatal.
Inobjetable resulta la persecución al robo de energía eléctrica, que no sólo debe ser contra los peces gordos, sino también los chicos,dado que asentamientos legales y no legales suelen tener condiciones anómalas en todo el país, lo cual implica un esfuerzo mayúsculo de la CFE para tratar de erradicar prácticas que son por todos conocidas y que hasta ahora se prolongan en tiempo y espacio.
Así como Manuelito Bartlett pretende poner el dedo en la llaga en estos contubernios, nada sería tan aleccionador que empezar por limpiar la casa, porque suelen existir ratas perniciosas que no son fáciles de erradicar y, habitualmente, dejan su excremento por doquier, por lo que es necesario arrancar desde los cimientos la corrupción e impunidad que hoy se cierne en el aparato público y sus empresas.
Desfalcos históricos en CFE tienen nombre y apellido
A estas alturas del partido ya no vale la pena seguir con la discusión de dónde se generó la corrupción en el aparato público y sus empresas, es necesario dar vuelta a la página, comenzar a perseguir los resabios y lo presente de las prácticas de corrupción y hacer evidente quiénes (personas físicas y morales) son partícipes de esta porquería, porque es necesario aleccionar a la sociedad sobre los nombres y rostros que se sirven de los ciudadanos.
Esperemos que la persecución de la corrupción en la CFE no resulte sólo noticia de escritorio, sino la prueba palpable de que la república amorosa no se ciega ante el amor.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.