Capacidad por encima de autoestima

“Valdría la pena que en la próxima Legislatura se privilegie la capacidad, la política de altura, el diálogo y altura de miras en la construcción de un trabajo que en verdad ayude a la gente”.

Con el inicio de las campañas a diputados locales empieza a agitarse el ambiente político en los distritos electorales y a subir la intensidad de la guerra sucia en las redes sociales, principalmente. 

Apenas y aparecieron los nombres de las y los candidatos a legisladores cuando ya se estaban moviendo otras piezas, por ejemplo, se convocó a una reunión encabezada por el mandatario estatal, Julio Menchaca, donde el mensaje principal fue “unidad” en torno a las y los candidatos y “unidad” en torno al partido para salir a las calles a competir con propuestas viables que se traduzcan en beneficios para la gente.

Sin embargo, es evidente que cada aspirante toma decisiones estrictamente personales con relación a su proyecto de campaña: hay quienes prefieren dejarse llevar por la marca de su partido; otros persiguen una imagen pública “intachable”, con fotos llenas de filtros y sonrisa perfecta, pero también podemos ver a uno que otro aspirante que por cualquier razón sube fotos a sus redes sociales.

Lamentablemente son pocos los que enfocan su energía en ofrecer propuestas concretas, reales, basadas en el deseo de un mejor porvenir para las familias hidalguenses. Son pocos los que, al margen de la foto, la pose y la banalidad, han puesto interés en el trabajo que habrán de desempeñar en la próxima Legislatura.

Esta práctica es muy recurrente y por eso las Cámaras están llenas de personajes indeseables que ponen en ridículo el oficio legislativo, y peor aún, a través del escaño sólo buscan beneficios particulares que en nada benefician al pueblo.

Bajo estas observaciones valdría la pena que en la próxima Legislatura se privilegie la capacidad, la política de altura, el diálogo y altura de miras en la construcción de un trabajo que en verdad ayude a la gente. Ojalá que en la presidencia de la Junta de Gobierno figuren mujeres y hombres que gocen de un trabajo que les respalde, que se identifiquen con las familias hidalguenses y hayan forjado una imagen pública al margen del protagonismo y la banalidad.

Si las campañas se trataran de fotos y poses superfluas, estaríamos ante un certamen de belleza que en nada serviría para la función pública. Ya hemos visto suficientes diputadas y diputados que sólo han ido a calentar su curul y que lo único que esperan es cobrar sus grandes dietas y seguir gozando de privilegios.

El privilegio de encabezar una candidatura debe ir de la mano con la congruencia. El trabajo legislativo debe convertirse en el eje rector que ayude a las familias hidalguenses; se debe trabajar un traje a la media del pueblo, no a la medida de las y los legisladores.

Con el arranque de la campaña a diputaciones locales son pocos los perfiles que realmente están interesados en trabajar con seriedad y firmeza; son pocas y pocos los que bajo el brazo llevan propuestas consistentes y de buena política; la mayoría sólo llevan un celular y suben una selfie, que es para lo que les alcanza.


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