El Plan Claudia y el humanismo mexicano se perfilan hacia Hidalgo desde Buenavista a Pachuca.
Más allá del peso y empuje de las macro obras que se presentarán en Hidalgo, la lectura política de estos eventos debe insertarse para examinar los impactos en la legitimidad y credibilidad pública que la planificación del gobierno federal le está imprimiendo al 2º Piso de la 4T y a las Rutas de la Transformación del gobierno de Julio Menchaca.
En la ciencia política, la legitimidad y credibilidad son vectores imprescindibles de control del poder público. Se trata de conceptos que avalan desde la ciudadanía el ejercicio público y que acompañan el despliegue cierto y rumbo de un gobierno.
Si pretendiéramos explicar la erosión de la oposición en México, la pérdida de legitimidad (como explica Weber de la percepción de un contexto que algo es justo) así como la credibilidad, ocupan, sin duda, el epicentro de los pesares de la crisis política que enfrenta. Se trata, en lo sustantivo, de que lo que emprende la oposición, casi de inmediato, es abortado por el imaginario colectivo que, de manera inconsciente o tácita, advierte que las acciones, retóricas y conducción política de la oposición carecen de legitimidad y credibilidad.
Por ende, los discursos de las fuerzas partidistas de la oposición se topan con el desconcierto y rechazo social. Han tocado fondo y sus actos son vistos por el espectro social y político como ilegítimos y carentes de veracidad en torno al efecto de credibilidad ciudadana.
Zapatos chicos para pies grandes
A la oposición política le han quedado chicos los zapatos, por lo que sus huellas se pierden y confunden en la demagogia política que no es, en estos momentos, el mejor antídoto para calmar las aguas del cambio político.
En esto días, la oposición en Hidalgo ha hecho ver que la idea de crear un tren que conectara a la Ciudad de México con la Ciudad de Pachuca, fue una de las ideas de campaña de Carolina Viggiano cuando fue candidata a la gubernatura, campaña de la que resultó electo Julio Menchaca. De igual manera, se señaló en incontables ocasiones (incluso por Viggiano Austria) que los programas sociales del gobierno de López Obrador ya estaban contemplados en la Constitución, por lo que no eran ningún mérito de la izquierda en México. Empero, tanto la propuesta de Carolina Viggiano de la comunicación de un tren con la Ciudad de México y que “muchos” de los programas de AMLO estuvieran en la constitución, no fueron realizados por los gobiernos del antiguo régimen.
Obras son amores y no buenas razones
La lectura política que arroja la concreción de las macro obras, programas sociales y reformas estructurales desde el gobierno de AMLO y de Sheinbaum, deberían aleccionar a la oposición de que la realización programática del gobierno asegura éxito de conducción política. Más aún, el gobierno de AMLO, con toda la fuerza de la reivindicación social, hizo de los programas sociales su bandera de legitimidad y credibilidad política.
En el caso concreto del gobernador Menchaca Salazar, las Rutas de la Transformación en la concreción de los programas sociales es el punto de quiebre entre el antiguo régimen y el nuevo régimen y, sin duda, entre la legitimidad y credibilidad social de su gobierno.
Cambio político: de Buenavista a Pachuca
Podemos dar credibilidad a que fue la propuesta de Carolina Viggiano de conectar a Pachuca con la Ciudad de México por vía férrea primero que el proyecto Buenavista-Pachuca, y que “muchos” de los programas sociales que emprendió AMLO ya estaban en la constitución. Empero, obras son amores y no buenas razones; condición que olvidó la oposición política del antiguo régimen, perdiendo legitimidad y credibilidad social.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
