Otro de los que ingresaron al Salón de la Fama, recientemente, fue un ícono de los Diablos Rojos: José Luis Sandoval, quien obtuvo 30 votos.
El paracorto sinaloense debutó con los escarlatas en 1990 y jugó con ellos hasta su retiro, en el 2013, con excepción de 1997, cuando en un polémico cambio fue enviado a los Saraperos de Saltillo, por Alfonso –el Houston Jiménez- y regresó un año después al equipo de sus amores.
El apodado Borrego, por su ensortijada cabellera, tiene los siguientes récords de la Liga Mexicana: más juegos en su usual posición, con 2 mil 219, y más dobles matanzas, con 2 mil 219. Aunque es mayormente recordado por su guante, fue un bat de respeto que promedió .293 de por vida, con 253 cuadrangulares y mil 315 carreras producidas, encabezando a los Diablos en ambos departamentos.
Su poder con el madero y sus manos privilegiadas llamaron la atención de los Piratas de Pittsburg, con quienes los escarlatas tenían un convenio de trabajo, pero nunca llegó a la Gran Carpa. Eso podría deducirse por su carácter: era capaz de realizar la jugada más difícil en el diamante, pero luego cometer un error por su exceso de confianza.
Los Diablos retiraron su número tres y le dieron su primera oportunidad como manejador, aunque no entregó buenos resultados, pues no calificó a la postemporada. Fue elegido como el mejor parador en corto del equipo ideal de la Liga Mexicana, así que su ingreso en el Salón de la Fama era algo esperado.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.