Boric y la nueva izquierda en Chile

“El miedo es, por su parte, causa de disensiones cuando, o bien los malhechores temen el castigo, o también cuando quienes están en peligro de sufrir injusticia quieren adelantarse a ella, como los notables de Rodas conspiraron contra el pueblo por temor a los procesos que iban a instaurarse en su contra”: Aristóteles.

Atrás han quedado los álgidos años de la guerra fría y de las implicaciones del ascenso de diversos movimientos y partidos de izquierda en el planeta; a mi juicio, el debilitamiento y erosión de las ideologías como planteamientos axiológicos del poder tampoco hoy se sostienen en su respaldo científico, quizá por ello, como apreció Marx, “un fantasma recorre el mundo”, solo que ahora se trata de un “OPNI”: objeto político no identificado.

Gabriel Boric Font, presidente electo de Chile, formado en un hogar católico, encontró en el materialismo histórico una explicación del poder y sus vínculos con la opresión y liberación social; empero, en un espacio histórico donde el marxismo en occidente ya no es un planteamiento climático para una generación de “milenias”, cuya debilidad es haber mutado de la ciencia con conciencia revolucionaria, al placer omnímodo de inconciencia superflua.

Boric es un milenian sui generis, con formación política desde las luchas estudiantiles por reivindicar la educación gratuita y universal, en un movimiento donde “ni están todos los que son, ni son todos los que están”; dimensión que hoy se refleja en su carácter reformista de izquierda, distinto al de Salvador Allende Gossens, que comprendía que la reforma no es sustantiva, solo la transformación, pacífica o no, condición que no asume Gabriel Boric y que, tempranamente, ya lo ubican en la jerga política como “ni chicha ni limoná”, en la indefinición timorata en su futuro mandato.

La sombra y huellas del golpismo en Chile y su bota militar fascista son, en términos fácticos, un elemento con el que la izquierda aún sigue jugando en el contrapeso del ejército; sumado sin duda a la reacción de la derecha chilena y las élites de poder, por lo que no resulta extraño que el Programa de Gobierno de Boric haya transitado del abandono del modelo neoliberal al cuidadoso diálogo mesurado de un “Chile para todos”.

Difícil momento de definición política en Chile, pero algo queda claro: Gabriel Boric se inclina hacia el “centro”, porque allí “las papas no queman”.

 

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.