El 3 de abril inician las campañas por la gubernatura, con un escenario en este momento que coloca con ventaja a Julio Menchaca, a Carolina Viggiano en segundo lugar y muy lejos a Francisco Xavier.
Es lo que dicen en esta hora la mayor parte de los estudios de opinión, las encuestas, que no han variado desde hace mucho.
Julio Menchaca
Julio Menchaca, el candidato de Morena, ha caminado hasta este momento con ecuanimidad, con un discurso de inclusión y buenos modos, lo que le ha evitado roces o peleas innecesarias, de tal manera que no se recuerda alguna expresión contra el gobernador del estado, por lo que se puede entender que su campaña no será de confrontación o de navajas para peleas de callejón.
La imagen de AMLO le garantiza el apoyo de mucha gente que lo ven como el candidato del presidente, con todo lo que esto significa de apoyos, programas sociales y oportunidad y para cobrarle facturas de abusos al partido tricolor.
Morena, por otro lado, no acaba de cuajar como partido político en cuanto a organización y estructuras y, por lo que se ve, son grupos más o menos juntos a los que les da unidad de intención y en ocasiones de acción la figura del presidente.
Sin embargo, como van pasando los días, los resentimientos de quienes no ganaron la candidatura se desvanecen y se nota más unidad y decisión de ganar, con el acierto de integrar un equipo de colaboradores con estatura para los encargos, empezando con Natividad Castrejón, que ha mostrado tamaños para ser el asesor fuerte de Menchaca por el conocimiento que tiene de la política en el estado.
Lo que no se puede dejar de ver es que el aliado más fuerte de Menchaca es el PRI, por la imagen de desaciertos que inevitablemente tiene después de más de 90 años de poder, en que se acumulan sin duda aciertos, pero también fallas, sobre todo en abusos en favor de grupos y apellidos poderosos, que con votos en contra los ciudadanos quieren cobrársela.
Esa es la ventaja de Menchaca que no decrece según las encuestas que reflejan el sentir ciudadano.
Carolina Viggiano
Carolina Viggiano marcha atrás de Menchaca, con un partido más organizado y con estructura que no se puede negar, pero con problemas de confianza para la contienda y con su arma más poderosa que es la unidad endeble, con más imagen que realidad, a lo que se debe sumar un éxodo de priistas rumbo a Morena, que manifiestan que las cosas no caminan como dicen fotografías y videos.
Lo que dicen los hechos y acciones es que el PRI estructura una campaña en que buscará debilitar la imagen y presencia de Obrador denunciado incumplimiento de compromisos, como es el combate a la corrupción y decisiones que lastiman a los más pobres como son escuelas de tiempo completo, salud sin respuesta adecuada y cero apoyo al estado que se manifiesta en más pobreza y una infraestructura como la carretera que da pena.
Si logra bajar la popularidad y el apoyo al presidente, estará en un camino que le puede resultar bueno, pero se ve tarea harto difícil porque en la balanza parece que pesan más los pecados tricolores que los de AMLO.
Desde luego, esto significará en los hechos, si la campaña del PRI acentúa las fallas de Morena como gobierno, reprobar la política del actual gobernador, que ha hecho de la solidaridad responsable con el presidente una política que le ha resultado buena para el estado.
Y con este hecho, de alguna manera se podría decir que las cosas no caminan bien con el gobernador del estado, que por su calidad y buen gobierno debe ser el gran apoyo de todo el proceso electoral tricolor y no ser motivo de enfrentamientos entre hermanos.
No la tiene fácil Viggiano, aunque tampoco se debe negar que tiene virtudes políticas que la hacen una combatiente electoral de cuidado.
Francisco Xavier
En cuanto a Francisco Xavier, todo indica que nuevamente pasará sin pena ni gloria y que en realidad no representa una opción con peso para la gubernatura.
Conociendo su estilo, solo le dará cierto sabor al proceso.
Esto va a la parte fuerte que son las campañas. Quien lo haga bien va a ganar y quien se equivoque perderá.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.
