El modelo político tradicional que instauró el PRIAN desde la alternancia política de Vicente Fox, que mantuvo inalterado el sistema de privilegios del Poder Judicial, ha entrado en una fase de degradación frente a la aprobación presidencial de Claudia Sheinbaum.
Las explicaciones del creciente fenómeno de aprobación presidencial no se retrotraen a los alcances de la elección del 2 de junio. Sus efectos son mayores y, particularmente en Hidalgo, expresan que la proximidad social de Sheinbaum Pardo ha generado expectativas ciudadanas más allá de las macro obras en la ciudad de Pachuca y Tula y en la nación.
En este entramado, la aprobación presidencial se encuentra jugando un papel vital dentro del desencuentro que presentan las fuerzas de Morena con el Poder Judicial, debido a que el soporte de legitimidad y credibilidad de la ciudadanía en este “momentum político”, está creando un respaldo creciente a la figura presidencial, y un rechazo a las fuerzas del antiguo régimen que han logrado utilizar los mecanismos legales para frenar la reforma del Poder Judicial.
En un cierre de filas Morena Hidalgo, encabezada por Marco Rico, ha trazado una lógica de cohesión política con Luisa Alcalde, presidenta nacional de Morena, que ha salido en defensa de la figura presidencial dentro de la obstrucción a la reforma al Poder Judicial argumentando que: “Cuando la presidenta Claudia Sheinbaum estaba en campaña dijo en todas las plazas públicas: mexicanos, mexicanas si nosotros conseguimos las dos terceras partes del Congreso vamos a poder reformar la Constitución y si podemos reformar la Constitución vamos a poder reformar el Poder Judicial”.
Las declaraciones de Luisa Alcalde también han tenido cabida en el marco de las acciones emprendidas por el gobernador Julio Menchaca para garantizar la redistribución equitativa de la justicia en Hidalgo y la generación de un balance social de la procuración de justicia. En este mismo sentido, queda al descubierto que la autocrítica de los poderes públicos exigida por Menchaca Salazar ha incrementado la presencia del aparato de Estado en la Estafa Siniestra que ha canalizado la recuperación de recursos producto de la malversación pública a programas y actividades sociales.
Sin embargo, ¿qué papel juega la aprobación presidencial de Claudia Sheinbaum en el equilibrio democrático en México?
Frente a las especulaciones de las fuerzas de la oposición en torno a un “autoritarismo presidencial”, es pertinente entender que los signos de la aprobación ciudadana sobre las acciones de gobierno se han incrementado en diferentes variables que han creado un ascenso en el capital político del gobierno morenista, pero, particularmente sobre la figura de Sheinbaum Pardo, que es considerada como una demócrata. De ellas destaca:
I. La nueva lógica de reingeniería constitucional de poder de alternancia efectiva de género
En este trazo, la iniciativa de reforma para la alternancia de género en el Poder Ejecutivo, gubernaturas y alcaldías ya perfila una adhesión sustantiva en el apoyo femenino y ha generado expectativas de una recomposición de la estructura política sobre el Estado patriarcal, aunado al protagonismo de las mujeres en los programas sociales y de los pueblos originarios.
II. La evaluación económica
La Cumbre del CEO, en donde Sheinbaum Pardo marcó una línea política de confianza para la inversión privada nacional y extranjera, puso de relieve que la reforma del Poder Judicial es la mayor garantía jurídica de que las inversiones, capitales y poder financiero privado, nacional y extranjero contarán con un gobierno aliado al dinamismo económico global; siempre y cuando, se respete el anclaje legal de la inversión y la soberanía nacional.
III. Evaluación egotrópica y sociotrópica
Un patrón de evaluación de la aprobación presidencial fundamental es la egotrópica (apreciación personal del poder político), donde los sondeos primarios de opinión le otorgan a la administración de Sheinbaum Pardo más del 60% de aceptación individual de la ciudadanía. En el caso de la evaluación sociotrópica (aceptación social del poder político) la aceptación se incrementa, llegando a niveles del 66% al 75% en el país.
Estas tres variables de la aprobación presidencial otorgan un excelente termómetro para explicar la firmeza del escenario presente de la gobernabilidad de Claudia Sheinbaum y el escenario en prospectiva de sus realizaciones, pese a que el obstruccionismo de la derecha en México, está iniciando una contraofensiva política, nítida en Hidalgo.