Gustavo
Gustavo camina seguido de dos cadetes. Lo sorprende Huerta, apoyado por dos militares que les apuntan.
HUERTA: Buenas noches, don Gustavo.
GUSTAVO: Qué hace aquí.
HUERTA: Lo invito a cenar.
GUSTAVO: No puedo. Tengo cosas que hacer.
HUERTA: A las doce ocupamos la Ciudadela y quiero que usted sea testigo.
GUSTAVO: (pausa) Cómo piensa atacar.
HUERTA: Mientras cenamos le explico. No quiere perderse la batalla ¿o sí?
Los militares salen con los cadetes sometidos. Huerta y Gustavo se sientan en una mesa. Entra un mesero que sirve vino en dos copas; sale. Huerta bebe.
GUSTAVO: Qué esperamos.
HUERTA: A usted yo lo respeto. Se lo digo sinceramente.
GUSTAVO: Qué significa eso.
HUERTA: Usted sabe. No cualquiera se me sube a las barbas.
GUSTAVO: Aún no contesta mi pregunta.
HUERTA: (pausa) Ustedes los civiles no saben cómo es la cosa ¿verdad? Creen que los militares no pensamos, pero somos los que siempre nos partimos la madre.
GUSTAVO: Qué diablos estamos esperando.
HUERTA: ¿No quiere platicar?
GUSTAVO: ¡Sólo cumpla con su deber!
Huerta le dispara por debajo de la mesa. Gustavo se lleva las manos al abdomen.
GUSTAVO: Es usted un traidor. (Huerta le apunta a la cara) ¡Qué espera! ¡Dispare, maldito cobarde!
Huerta dispara. Gustavo cae muerto. Huerta se pone de pie, bebe; eructa.
Continúa XXX

Por: Serner Mexica
Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".