Ciudad Juárez
NAVARRO, un militar de alto rango, en el paredón. Gustavo discute con Villa.
PANCHO VILLA: ¡Ya dije que no!
GUSTAVO: Ni siquiera le otorgas un consejo de guerra. ¡Todo hombre tiene derecho a un juicio para defenderse!
Entra Francisco.
FRANCISCO: ¡Qué está pasando!
PANCHO VILLA: Don Madero. Sólo cumplo con mi deber.
FRANCISCO: De qué deber habla.
PANCHO VILLA: Acabar con los enemigos.
FRANCISCO: Ese no es su deber, general. Ahora suelte a Navarro que una comisión militar se encargará de juzgarlo.
PANCHO VILLA: Eso no es lo que quiere el pueblo.
FRANCISCO: Obedezca.
PANCHO VILLA: ¿Lo va dejar que viva?
FRANCISCO: No voy a discutir. Entréguelo a la comisión. (Francisco desata a Navarro. Villa le apunta) No me haga pasarlo por las armas.
FRANCISCO: Qué dijiste.
PANCHO VILLA: Me oyó bien.
FRANCISCO: (lo encara) Repite lo que dijiste. Pero ahora piensa antes de hablar.
PANCHO VILLA: ¿De veras me quiere escuchar?
FRANCISCO: ¡Anda, tira! ¡Dispárame!
Silencio. Villa baja su arma.
FRANCISCO: No somos asesinos.
PANCHO VILLA: (solloza) Perdóneme. Por favor, perdóneme.
FRANCISCO: No haga locuras, general. Esto es apenas el comienzo.
Continúa XXIII
Por: Serner Mexica
Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".