El debate entre candidatos presidenciales generó cientos de especulaciones sobre los escenarios que podían generarse a partir de él, pero la realidad es que no hubo sorpresas: fue plano y apenas lograron variar un poco las preferencias que secundan al puntero.
El triunfo de Andrés Manuel López Obrador sobre sus contendientes no está a discusión, se mantuvo firme en su discurso antigobierno y antisistema combinado con honestidad y amor, así como sobre el combate a la pobreza y ésta como columna vertebral de sus propuestas. Sin salir del libreto logró salir sin rasguño alguno.
Fue evidente la lucha encarnizada en contra de Andrés Manuel López Obrador, con todos los candidatos atacándolo y cuestionándolo; peleaban el turno por debatir con él o ganar algún comentario de aquel que se califica como Peje pero no lagarto, lo cual le permitió hacer bromas sobre sus propuestas y las de sus contendientes.
Ricardo Anaya logra colarse al segundo lugar con una postura fuerte y como el único rival de López Obrador en el debate, dando la sorpresa de que todo el aparato gubernamental está apoyando al candidato albiazul, colocándolo como el ganador de la contienda. Parece que está decidido que la cargada apuntará a Anaya Cortés para ganarle a MORENA en las votaciones.
El tercer lugar seguramente lo obtendrá Jaime Rodríguez “El Bronco”, quien logró captar la atención de la ciudadanía polemizando con respuestas variadas que podrían caer en la aceptación por la naturalidad y populismo con que fueron hechas, además se presentó como un contrincante firme ante López Obrador y Anaya Cortés.
Los que se quedaron totalmente rezagados fueron José Antonio Meade y Margarita Zavala, que difícilmente lograron ser tomados en cuenta por aquellos que robaron todo el reflector; el primero generó un discurso que rayó en lo gris y la segunda dedicó todo el tiempo a defender el sexenio de su esposo, Felipe Calderón.
Lo que no falló a las especulaciones es que minutos antes de terminar el debate comenzaron a colarse en redes sociales las infografías que otorgaban el triunfo a sus respectivos candidatos, acompañados con leyendas que resaltaban las virtudes de cada uno de ellos, contrario a los millones de memes que surgieron ridiculizando las posturas de los mismos.
Algo seguro es que el efecto Andrés Manuel López Obrador está en su mayor punto y la única esperanza para derribar al puntero ha fallado, ahora habrá que ver si su 48% de tendencia aumenta o disminuye.