Para sus detractores, el anuncio de Andrés Manuel López Obrador de retirarse de la política ha llegado tarde y con el peso de una realidad histórica que ya no se puede cambiar, y que tendrán que soportar hasta el último minuto de su mandato en la Presidencia de la República.
La decisión del tabasqueño se presenta cuando ha recorrido todo el camino y trayectoria de un político exitoso, controvertido y que desde su defección del Partido Revolucionario Institucional (PRI) solo tuvo un discurso: acabar con la mafia del poder.
En este tortuoso trayecto, donde fue derrotado en diferentes campañas electorales a la Presidencia de la República; campañas en las que muchos analistas y análisis han ratificado lo que López Obrador siempre argumentó: hubo fraude, y eso desde la maquinaria del poder público lo marginó y llevó a hacer de la lucha política una lucha social que a la postre lo hizo ganar una elección presidencial con un porcentaje de votos y legitimidad sin precedentes. Todo ello es, sin duda, la huella de un hombre que logró todo contra viento y marea.
Aún quedan casi cuatro años antes de que López Obrador se retire de la política y la suma histórica no puede ser trazada, pero pese a todos los inconvenientes que ha presentado en su magistratura, sin duda ha cambiado la forma de hacer política dentro de la clase política en México y sus inercias habrán de propiciar nuevas formas en el contexto político mexicano.
López Obrador se ha presentado en la palestra política como un hombre inquieto pero afable, donde su conducción y capital político siguen presentando un componente de empatía social y carisma que lo llevaron a dejar fórmulas partidistas y crear un movimiento social que orgánicamente nació cuando los partidos políticos tradicionales en México se encontraban en una profunda crisis de representatividad, factor que le dio fuerza a un movimiento político que trascendió, pero que aún no encuentra la definición ideológica plena para darle rumbo al país.
Se centra en el discurso de López Obrador la lucha contra la corrupción e impunidad, condición aún incipiente en torno a lo que ha implicado el desfase del discurso frente a las acciones y la realidad político-social del país; pero algo está claro: esta lucha no ha profundizado en lo sustantivo sus promesas de campaña y es solamente la punta del iceberg que habrá de tirarle la raya a la suma final en su retiro político.
El anuncio del retiro político de López Obrador es sensato, seguramente en su perspectiva de conductor social no pueden existir los mesías ni los caudillos y el fin de su carrera política está marcada por estos signos.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.