El gobernador Omar Fayad Meneses habló de las similitudes en la forma de trabajo en conjunto y disposición con el ganador de la contienda por el Ejecutivo en el país, Andrés Manuel López Obrador.
Las coincidencias son más de las que están a simple vista, pues debemos recordar que el discurso anticorrupción empleado por el gobernador de Hidalgo es el mismo que el de el tabasqueño.
Por otro lado, las acciones que el presidente electo busca implementar son las mismas que realizó el Ejecutivo estatal, hasta parece que su plan de trabajo es una copia al carbón del plan de gobierno en Hidalgo.
Lamentablemente, AMLO encontrará muchos obstáculos en el camino, tal como ha sucedido en la entidad, sobre todo la resistencia de los grupos de poder enquistados en la corrupción, que a respuesta de las buenas acciones generan una guerra mediática y conflictos para restar presencia a la imagen del gobernador.
La reingeniería que busca lograr López Obrador en el país replica la política estatal, y ahora Hidalgo parece un sujeto de laboratorio que inició el camino hace dos años, por ejemplo: el tema de la inseguridad, que no ha crecido sino que se dejaron de maquillar cifras.
El rubro de inseguridad, sin duda, será uno de los mayores problemas del nuevo presidente, pues tal como sucede en Hidalgo, incrementará al tratar de acabar con la corrupción, y así como le ha pasado al mandatario estatal, se generará una oleada de ataques en su contra y correrán grupos que juren venganza por la pérdida de privilegios y poder.
Parece que Andrés Manuel López Obrador busca imitar el gobierno de Omar Fayad Meneses, quien ha logrado mejorar la vida en la entidad y cuyos logros son palpables en el día a día de la ciudadanía, un gobierno abierto y cercano a la gente que cuenta con el respaldo de la población.
Este tema genera encono y adversarios ansiosos de golpear al Ejecutivo, que está logrando lo que en todo el sexenio anterior no se logró: crecimiento y desarrollo.